"A toda la tierra alcanza su pregón"...Salmo 18.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Martes 30 de Noviembre del 2021
La llamada a ser servidor del Reino de Dios, exige una respuesta y ésa se produce ante todo, con prontitud y radicalidad. ¡El testimonio de los discípulos Andrés y Pedro, son un modelo para cuantos vayan a encontrarse con la propuesta de Jesús a través de los tiempos! Y es que aquí se produce esa llamada que transforma la vida, desde sus mismas raíces.
Hoy celebra la Iglesia el día del Apóstol San Andrés, hermano mayor del Apóstol Pedro. Ellos eran de Betsaida, ciudad que quedaba a las orillas del mar de Galilea. Ambos eran pescadores y Jesús les llamó para que le siguieran para hacerlos "pescadores de hombres".
El Evangelio tomado de Mt 4, 18-22, habla de esos momentos cruciales en la vida de estos dos apóstoles; quienes dan inicio al seguimiento a Jesús viviendo tres momentos importantes: el Encuentro, el Llamado y la Libertad para tomar una decisión firme: seguirle.
Dice el texto del Evangelio, que "Jesús caminaba a la orilla del mar de Galilea y vio a los dos hermanos: Simón-Pedro y a su hermano Andrés que echaban las redes al mar, pues, eran pescadores; entonces les dijo: "Síganme, y Yo los haré pescadores de hombres". Inmediatamente, ellos dejaron las redes y lo siguieron " Mt 4, 18-20.
Nos causa atención, que Jesús llama a personas sencillas, así lo vemos en el texto del Evangelio de hoy. Andrés y Pedro eran unos simples hombres pescadores que realizaban su jornada de trabajo.
Él les mira primero; y conociendo sus corazones, sabe que en ellos le es posible confiar sus sueños y la misión; y les dice: ¡SIGANME! y en el instante no dudaron en responderle dejando todo.
Como lo vemos Jesús llama por nuestros nombres; lo hace en el tiempo que deseé y en el lugar donde nos encontremos. Su llamado es para darle sentido a nuestra labor; por tanto, nuestro servicio es para darle sentido a la vida con desprendimiento total y sin egoísmo.
Cuando nos encontramos con el Hijo de Dios, Él nos despierta del letargo en que nos encontramos y como lo hizo con Andrés y Pedro, nos pide ser responsables frente los que necesitan el amor y la misericordia, aquellos que están faltos de justicia y solidaridad para invitarles a vivir una vida más digna y para que conozcan y crean en Dios.
Preguntémonos: ¿ Reconocemos a que nos llamó Jesús?, ¿Estaremos dispuestos a participar con decisión a la invitación de Jesús?
“Señor Jesús, encontraste en Andrés una respuesta pronta y decidida. Ayúdanos a salir de nuestros titubeos y a cortar las mallas en que estamos enredados”.