domingo, noviembre 21, 2021

"El Señor reina, vestido de majestad "...Salmo 92.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 21 de Noviembre del 2021

Fijemos nuestra mirada contemplativa y adorante en Jesús y dedica este día a reconocerlo y proclamarlo como Rey del Universo, es decir, a considerar su poder ilimitado, su influencia decisiva en la historia del mundo y de la creación. Parece increíble que se preste tal reconocimiento a un ser humano, como el Jesús de Nazaret del que nos hablan los cuatro evangelios. Recuperemos la extrañeza y comparemos su poder con el de aquel que lo juzgó y condenó a muerte. Jesús resucitado es nuestro rey invisible, pero real.

Hoy la Iglesia cierra el ciclo litúrgico del  tiempo ordinario y proclama a Jesucristo Rey del Universo. A partir de este, se iniciará el tiempo del adviento o preparativo para el nacimiento de Cristo Jesús.

El Evangelio de hoy tomado de Jn 18, 33b-37, nos presenta al Jesús hombre, reo maniatado, que compadece ante el Gobernador romano de Judea Poncio Pilato, para que éste decida su ejecución; y como lo leemos en el texto  del Evangelio, se entabla una conversación entre Pilato y Jesús. Pilato le pregunta: "¿Eres tú el Rey de los judíos?" respondió Jesús: "¿Dices eso por tu cuenta, o es que otros te lo han dicho de mí?" Pilato respondió: "¿Es que yo no soy judío? Tu pueblo y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Qué has hecho?" Respondió Jesús: "Mi Reino no es de este mundo. Si mi Reino fuese de este mundo, mi gente habría combatido para que no fuese entregado a los judíos: pero mi Reino no es de aquí." Entonces Pilato le dijo: "¿Luego tú eres Rey?" Respondió Jesús: "Sí, como dices, soy Rey."

Pilato quiere saber la verdad   sobre los señalamientos y acusaciones que le fueron hechas a ese extraño personaje  que le fue llevado ante su trono.

Con la respuesta de Jesús: "Soy Rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido  al mundo"..."Si, para ser Rey", le deja claro que el Reino que proclama  es un Reino sin honores, sin riquezas materiales, sin poderes y dignidades. Un Reino que es  de amor,  justicia, paz y solidaridad, un Reino muy por encima de cualquier ambición humana. Un Reino hecho para los pobres, los marginados, los perseguidos, los que sufren y que anhelan Misericordia. 

Como lo vemos, Jesús Rey de los Judíos, se ha presentado ante el Gobernador romano como un Rey, que da cumplimiento al plan salvífico que le fue entregado por su Padre  Dios.

Y ello ha de significar algo muy importante para ti  y para mí: Cuando nos hacemos humildes, Jesús como Rey de Reyes se hace presente en nuestros corazones y nos invita a que estemos abiertos a amar a todos los hombres y nos sacrifiquemos por los que necesitan un pedazo de ese amor incondicional que Dios nos ha regalado y sembrado en nuestros corazones. 

Jesús, con su victoria, nos ha abierto para todos los hombres su Reino, pero está en cada uno de nosotros la decisión de entrar en él. 

Ese Reino ha de comenzar ahora, haciéndonos próximos al hermano que pide un pedazo de pan, un  vestido, la acogida, nuestra  solidaridad, y de una catequesis. ¿Te atreves?

¡Qué fantásticas las promesas de Jesús! “Estaré con vosotros, todos los días… No tengáis miedo… El Espíritu hablará por vosotros… Haréis obras mayores… Hasta los malos espíritus se os someterán”. ¿Cuándo nos daremos cuenta de que está a nuestro alcance, al alcance del pueblo de Dios, ser “pueblo de reyes”?

 
posted by Laureano García Muentes at 4:34 a.m. | Permalink |


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