jueves, noviembre 25, 2021

"Ensálcenlo con himnos por los siglos"...Dn 3.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Jueves 25 de Noviembre del 2021

Ante el panorama profundamente negativo, hay un canto fuerte a la alegría y a la confianza ante nuestro destino último: “Entonces verán al Hijo del Hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza, se acerca vuestra liberación”. Lo que es cierto, y nos llena de esperanza, es que, al final de los tiempos, nos espera Jesús para decirnos: “Venid, benditos de mi Padre, a disfrutar del reino preparado para vosotros desde la creación del mundo”. Nos espera la felicidad total. Este es nuestro destino último y definitivo.

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 21, 20-28, podemos apreciar a Jesús hablándole a la gente en un lenguaje apocalíptico que fue utilizado por muchos de los profetas, pe de nuestras miserias, de nuestros egoísmos, odios y rencores, de nuestras vanidades y miremos siempre la meta que con mucho amor Él nos ha señalado. ro lo que Él quiere, es prevenirlos para que estén siempre vigilantes y listos para cuando llegue la hora: El día del Señor. 

Jesús les pide a todos, tomar algunas precauciones para que no participen en esos sufrimientos, y les dice: "Entonces verán al Hijo del Hombre que llega en una nube con gran poder y gloria. Cuando comience a suceder todo eso, enderécense y levanten la cabeza, porque ha llegado el día de su liberación " Lc 21, 27-28.

Al interpretar sus Palabras en nuestras época, podemos percibir que ellas, son muy sabias e importantes para el hoy; porque, vivimos en el mundo tiempos muy difíciles y de mucha incertidumbre, pero en medio de todo, Él quiere que no perdamos la esperanza y nos dispongamos a escuchar su llamado para  pedirnos que mantengamos la Fe y nos animemos  levantando nuestras cabezas para seguir avanzando sin perder la confianza en Dios.

Hermanos, este Evangelio de hoy, no nos puede dejar indiferentes; no podemos perder el ánimo de la espera y seguir soñando en el final  que el Señor nos señalado. 

Liberémonos de todo pecado, de nuestras miserias, de nuestros egoísmos, odios y rencores, de nuestras vanidades y miremos siempre esa meta al final de nuestros caminos. 

Señor, liberarnos de todos los pecados y de nuestra miserias, de nuestros rencores e insatisfacciones, para así, quedar libres y tener la esperanza de alcanzar la vida eterna.

 
posted by Laureano García Muentes at 6:24 a.m. | Permalink |


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