domingo, noviembre 28, 2021

"A ti, Señor, levanto mi alma."...Salmo 24.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Domingo 28 de Noviembre del 2021

El Adviento es una llamada a tomarnos en serio, a cuidar, a renovar, a fortalecer nuestra oración personal, porque es el Señor la fuente de nuestra esperanza. Una oración que nos ayude a encontrarle ya presente, porque vino y se quedó para siempre, «hasta el fin del mundo». 

Hoy la Iglesia Universal da inicio al nuevo año litúrgico: El Adviento fiesta en el que se celebra a Cristo glorioso al final de los tiempos y su llegada entre nosotros como el Hijo de Dios.

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 21, 25-28, 34-36 se nos presenta la Acción de Dios a través de los símbolos que expresan la Esperanza y la Liberación de la humanidad.

Dice el texto del Evangelio que Jesús, reúne a sus discípulos y les dice: "Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y el oleaje, desfalleciendo los hombres por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues las potencias del cielo serán sacudidas. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y gloria. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza; se acerca vuestra liberación" Lc 21, 25-28.

La liberación que Jesús a la que nos está invitando hoy, requiere de nosotros la toma de decisiones firmes e importantes: El estar atentos y en alerta para que nada ni nadie nos distraiga la mente y cuando sea la hora no nos encuentren desprevenidos o despistados, y la otra, es la de no desprenderse de esa unión fraterna y cercana que se logra a través de la oración, para que con ella, nos hagamos fuertes y evitemos  todo aquello que nos lleve a corromper y destruir nuestra   conciencia y  a separarnos del camino que Dios nos ha señalado. 

Y miren, Jesús no nos propone con este Evangelio el estar atentos a los acontecimientos cósmicos que puedan suceder en aquel momento, sino a que asumamos un estilo de vida con toda lucidez para asumir la liberación. 

Preguntémonos: ¿Cómo estamos viviendo estos tiempos cargados de tantos temores y angustias?, ¿Estamos preparados y despiertos para esperar el día último de nuestras vidas?

Señor, enséñanos a discernir y valorar tu palabra para estar atentos y buscar la serenidad entre tantas inquietudes. Ayúdanos a desempolvar y regar la ESPERANZA  para así, cuidar, mejorar, tomar más en serio la ORACIÓN personal y comunitaria y las relaciones personales y eclesiales para con ellas, tener mas cuidado con lo que pueda embotarnos, asustarnos, evadirnos. 

 
posted by Laureano García Muentes at 4:32 a.m. | Permalink |


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