" A toda la tierra alcanza su pregón"...Salmo 18.

Martes 21 de Septiembre del 2021

Jesús nos da una de las claves de su venida a la tierra: Curar a los enfermos, atender a quien realmente lo necesita y salvar a los pecadores. 

Hoy celebramos en la Iglesia a San Mateo, Apóstol de Jesús y  Evangelista.

El era hebreo y su nombre de pila era Levi de Alfeo. Un Publicano y recaudador de impuestos en Cafarnaún para el imperio de Roma, por tanto era un pecador ante los ojos de todo el pueblo.

El Evangelio de hoy tomado de Mt 9, 9-13, nos narra cómo fue su llamado y su conversión. 

Jesús lo ve sentado en su puesto de trabajo y le dice Sígueme. Él se levantó y le siguió. Mt 9, 9.

Como lo vemos, Jesús no tiene ninguna clase de problemas para llamar e invitar a las personas como también, no le importa su condición social, ni a lo que está dedicado en su trabajo ni mucho menos los pecados que guarda en su corazón. 

Él se desvive por las fragilidades y le demuestra toda su ternura para acoger y ayudar a superarlas. Y eso, no lo entendían sus mismos discípulos y mucho menos sus adversarios, los Fariseos;  de allí, que se muestran inquietos por la actitud de sentarse a comer con los que ellos consideran pecadores y gente de mala reputación.

Es bueno que hoy nos miremos frente a nuestras realidades y como le estamos siguiendo. No nos engañemos ni tampoco digamos que tenemos vocación de cristianos cuando en nosotros no se vive la Misericordia que es la base del amor sin límites hacia el prójimo. 

Recordemos esas palabras que nos dice San Pablo en 1Cor 13: "Si no tengo amor no soy nada".

Preguntémonos: ¿Cómo está nuestro seguimiento a Jesús? ¿Somos compasivos y Misericordiosos con los más necesitados?

Hoy no dice Jesús: "Misericordia quiero y no sacrificios" ¿Para qué sirven mis oraciones si no soy capaz de amar al que me hace mal? ¿Dónde van a parar mis actos "de piedad" si no tiendo la mano al que sufre cerca de mí?