lunes, septiembre 20, 2021

"El Señor ha estado grande con nosotros "...Salmo 125.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 20 de Septiembre del 2021

Jesús quiere que seamos luz que ilumina a los demás. La Palabra, no puede quedar escondida, ni guardada en cada uno de nosotros, sino con ella, iluminar y alumbrar y hacerse pública para que, también como nosotros, la conozcan.

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 8, 16-18, Jesús nos está invitando a adentrarnos en el empeño de ser Luz para iluminar el camino de los hombres hacia Dios y nos dice: "Nadie enciende una lámpara, la tapa con una vasija o la mete debajo de la cama; sino que la coloca en el candelero para que los que entren vean la luz" Lc 8, 16.

Él hoy nos exhorta a que le escuchemos, le aceptemos y pongamos en práctica sus Palabras para así, irradiarla a los demás. 

Nuestra tarea como sus seguidores es convertirnos en portadores y testigo de la Palabra para toda la humanidad porque quien asume la vida cristiana, es y ha de ser siempre: Luz; y esa luz, surge cuando se tiene una comunión íntima  con Dios.

Siguiendo el Texto del Evangelio podemos ver también, que Jesús, además de la llamada a la escucha, la aceptación y la práctica de la Palabra, nos hace una advertencia cuando dice: "Presten atención y oigan bien: Porque al que tiene se le dará y al que no tiene se le quitará aún lo que parece tener " Lc 8, 18, es decir, enfatiza a la escucha y al dinamismo de la adhesión y profundización del mensaje que estamos recibiendo, porque quien se pierde de este gran regalo de Dios, se va relegando y su luz se le irá extinguiendo.

Preguntémonos: ¿Cómo es mi escucha a Evangelio diario? ¿Siento que estoy siendo llamado a ser coherente? ¿Soy Luz para los que están a mi lado?

Jesús es tu luz y es la luz del mundo. Pero, ¿Qué hacer para que esa luz cruce el abismo y llegue a tu corazón? Y ¿Cómo hacer para que te apropies de las verdades profundas? Tu vida es una lámpara en medio de la casa. Los que vienen necesitan tu luz para no tropezar

Ilumíname, Señor, con tu Espíritu. Y déjame sentir el fuego de tu amor en mi corazón.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:25 a.m. | Permalink |


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