miércoles, septiembre 22, 2021

"Bendito sea Dios, que vive eternamente "...Salmo Tobías 13.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 22 de Septiembre del 2021

Jesús había elegido a los Doce para compartir la vida y la misión con Él. Ahora, también, nos envía a nosotros con poder y autoridad sobre los espíritus del mal y así, proclamar la Buena Nueva del Reino. De ahí que debemos ir dotados de un estilo propio: esa “pobreza evangélica” (como se le ha llamado) es el signo y el talante que debe prevalecer en esa acción evangelizadora. 

Hoy leemos en el Evangelio de Lc 9, 1-6, que Jesús ha convocado a sus discípulos elegidos a realizar la Misión.  Un encargo muy claro: Expulsar demonios, curar dolencias y anunciar el Reino de Dios este último íntimamente unido a las necesidades de la gente y que derrota el mal y todas las esclavitudes a las que el mundo somete.

Pero hay algo muy importante: Poner en Dios una confianza absoluta para apoyar en Él el trabajo por hacer y hacer crecer la semilla en tierra buena y fértil.

En el Evangelio podemos  también apreciar que Jesús da unas importante instrucciones: "No llevéis nada para el camino: ni bastón ni alforja, ni pan ni dinero; tampoco llevéis túnica de repuesto. Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si alguien no os recibe, al salir de aquel pueblo sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa." Lc 9, 3-5.

Él envía a vivir la hospitalidad y no como creemos algunos, como sabios y poderosos que manejan al dedillo la palabra, leyes y normas.

Jesús quiere lo contrario; les dice claramente que la verdadera misión es salir a buscar la transformación de los corazones de muchas gentes. 

Entonces, preguntaremos algunos: ¿Qué necesitamos para predicar el Evangelio?

La respuesta es única: Tener una profunda fe y una confianza absoluta en Dios y estar dispuestos a insertarse en los medios que viven para conocer y poder ayudar en buscar un mejor bienestar y una mejor calidad de vida. 

Preguntemos: ¿Qué herramientas estamos utilizando para hacer visible el Reino de Dios en cualquier lugar? ¿ Que tareas estoy realizando? ¿Son estas acordes a lo que quiere Jesús?

“Señor Jesús, GRACIAS por invitarme a compartir tu MISIÓN. Pero Tú sabes de mi fragilidad y de mis limitaciones. Haz que me abra, sin condiciones, a tu propuesta”.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:12 a.m. | Permalink |


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