"Dad gracias al Señor porque es bueno "...Salmo 105.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Viernes 2 de Julio del 2021
Jesús llama, porque mira al corazón de las personas. Un
hombre como Mateo, da su respuesta no condicionada por confesiones públicas de
conversión o cosas parecidas, sino, porque quiere pedir perdón y expresar su
cambio de vida.
El Evangelio de hoy tomado de Mt 9, 9-13 nos muestra la grandeza de la Misericordia de Dios al hacerle el llamado al discipulado a Mateo; Jesús lo miro fijamente y le dijo: "Sígueme".
Mateo recibe el llamado en su corazón y dejándolo todo, lo acepta y le sigue. Esto sucede en Cafarnaún, puerto aduanero, región que no estaba a las órdenes de Roma sino de Herodes Antipas.
Mateo era un hombre despreciado, de mala fama porque se vendía fácilmente por la causa económicas a favor del imperialismo romano.
Como agradecimiento a su llamado, ofreció un banquete en su casa e invitó a sus amigos y colegas; pero al ver los Fariseos que Jesús estaba sentado en la misma mesa con ellos, le criticaron al comer con Publicanos y pecadores.
Jesús les respondió muy directa y contundentemente a sus pretensiones: "No tienen necesidad del médico los sanos, sino los enfermos " Mt 9, 12.
Y refiriéndose a esas palabras del profeta Oseas (6,6) que habían leído, les dijo: " Vayan a aprender lo que significa "misericordia quiero y no sacrificios ". No vine a llamar justos sino pecadores " Mt 9, 13.
Miremos algo muy importante: Jesús llama a los que creen haber perdido todas las esperanzas y se sienten tristes y acongojados. A Él, no le importa meterse en líos, ni se atiene a seguir reglas sociales ni costumbres.
Este gran ejemplo a seguir hemos de practicarlo con mucha frecuencia cuando de abrir comunidades se trata. Pues no solo es juntarnos con gente buena excluyendo así a personas que consideramos pecadoras. Hay que pedir al Espíritu Santo para que ilumine nuestras decisiones.
Dejémonos sorprender por Dios y no tengamos miedo a las sorpresas que nos da.
“Señor Jesús, te admiramos cuando te vemos en casa de Mateo, rodeado de publicanos y pecadores. ¡Tu actitud nos inspira confianza!”.