" Señor, Dios mío, a ti me acojo"..."Señor, Dios mío, a ti me acojo, líbrame de mis perseguidores y sálvame; que no me atrapen los leones y me desgarran sin remedio"...Salmo 7.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Como lo vemos, Jesús es motivo de discordia entre la gente, pero Él, de manera tajante critica esas actitudes y les habla con autoridad dándoles a entender que es distinto a los demás, por tanto, los denuncia abiertamente como falsos e hipócritas por la falta de piedad hacia los pobres, los necesitados, desvalidos y todos aquellos que se les acercaban con un corazón abierto y humilde a pedirles que fuesen comprendidos y escuchados.
Ellos, por el contrario le veía como un subversivo y por esa razón le querían apresar, juzgarle y matarle, pero nadie, se atrevía a poner la mano sobre Él, porque decían que nunca habían escuchado a nadie hablar así.
Hoy nos inunda a todos la gran alegría de compartir esa Identidad con el Salvador es decir, la Identidad Cristiana, porque reconocemos que Jesús es el Hijo de Dios Vivo que habitó entre nosotros y que vino a para ser instrumento de la salvación para toda la humanidad.
Por ello, quienes escuchamos las Palabras de Jesús nos sentimos maravillados porque nadie puede hablar así. Por tanto, permitámosle que siempre se acerque y nos hable al corazón por medio de los Evangelios de cada día y nos ayude a reconciliarnos con nuestro Padre Dios para así, lograr la transformación de nuestras almas y ser multiplicadores de su maravilloso Amor en todo momento, tiempo y lugar.
De verdad, quien conoce y acepta a Cristo en su vida, pierde el miedo y es capaz de hablar de Él en todas partes como lo hizo Nicodemo que hizo ver a los amigos que era injusto insultar y perseguir con mentiras a un hombre que se había preocupado por buscar el bienestar a los más necesitados.
Hoy Jesús nos pregunta: ¿Quién dices tú que es Cristo? ¿Consideras tu Fe como un gran regalo de Dios? ¿Eres capaz de tener un contacto cercano con Jesús y hacer con Él una estrecha amistad?
Orémosle al Espíritu Santo para que nos ayude a discernir y reflexionar.
NO TENGAMOS MIEDO, EL ESPIRITU SANTO NOS ASISTE Y NOS LLENA DE SABIDURIA PARA INTERPRETAR LA PALABRA Y SER SUS INSTRUMENTOS PARA ANUNCIARLA CON AUTORIDAD,