"Acuérdate de mi, Señor, por amor a tu pueblo"..."En Horeb se hicieron un becerro, adoraron a un ídolo de fundición; cambiaron su gloria por la imagen de un toro que come hierba"...Salmo 105.

Jueves 18 de Marzo 2021

LEAMOS CON MUCHA FRECUENCIA LA PALABRA DE DIOS, ELLA NOS DA CRECIMIENTO Y NOS MUESTRA LA VERDAD CON RELACION A LA PERSONA DE JESUS.

Hoy el Evangelio tomado de Jn 5, 31-47 nos muestra a Jesús como un defensor de su personalidad como el Hijo de Dios, el Mesías esperado.

Como lo hemos venido leyendo y reflexionando durante estos días de la Cuaresma en los Evangelios del Evangelista Juan, la relacionalidad de Jesús con los Judíos se va haciendo más tensa, porque a pesar que ellos ostentan el poder y manejan las normas religiosas,  viven inquietos porque les cuesta aceptar, creer y hacer, lo que Él viene proclamando en todas partes: el Amor, la Misericordia y el Perdón.

Jesús se les mostraba como un Padre que corrige, enseña y señala el camino correcto que había que seguir. Si, un Padre que comprende, entiende y ayuda. Y eso a ello, les molestaba.

Miren, hoy como ayer en los Evangelios de San Juan (Cap. 5), Jesús inicia su conversación dirigiéndose a los Judíos de manera fuerte y como en una actitud de reproche, porque ve en ellos  que a pesar que viven manoseado las Santas Escrituras no habían entendido los mensaje que se escribieron de Moisés y de Juan Bautista. 

A ellos Él les veía  fingiendo ante el pueblo el cumplimiento de las leyes y corriendo detrás de sus conveniencia para mantener el poder, las vanidades haciendo uso de las injusticias que sometían al pueblo.

Ni siquiera sé preocupaban  en brindarles un poco de lo que su Padre Dios les pedía en las Escrituras: Amor, el Cariño,  Comprensión,  Justicia y  Misericordia. 

Hermanos: Que bueno sería que en este tiempo de la Cuaresma frecuentaramos un poco más la Palabra de Dios y nos familiarizáramos con ella; guardando en nuestros corazones esas cosas hermosas que nos dice y nos hacen vivir en la esperanza. Que podamos crecer en conocimiento y en verdad con relación a la persona de Jesús para reconocerlo como el Hijo de Dios, el Enviado por el Padre Dios; y así, servir  de testigos efectivos a toda la humanidad anunciándole a Él, como el Único y Verdadero Salvador y Nuestro Libertador. 

No olvidemos que Dios nos brinda su Amor de manera gratuita y nos entrega vida en abundancia.

FELICES LOS QUE SON TESTIGOS DE LA PALABRA DE DIOS Y ESTAN SIEMPRE EN SALIDA PARA ANUNCIARLA A LAS GENTES.