"El Señor es compasivo y misericordioso"..."Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios"...Salmo 102.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Sábado 6 de Marzo del 2021
DIOS SIEMPRE TIENE SUS BRAZOS ABIERTOS PARA DARNOS LA ACOGIDA Y BRINDARNOS SU PERDON.
Hoy el Evangelio tomado de Lc 15, 1-3, 11-32, nos muestra un mensaje muy hermoso: La Parábola del Hijo Prodigo, y vemos en ella que el Amor del Padre Dios se transforma en Misericordia.
Dios, es un Padre que ama con una igual medida y que nunca se cansará de invitarnos a que no nos detengamos en las cosas superficiales, sino a que miraremos más allá, centrados en la vivencia de la generosidad para dar al otro sin recibir nada a cambio.
Dios nuestro Padre Celestial, es un Padre Misericordioso y no excluye a nadie de ella.
Sus brazos siempre están abiertos para la acogida y para brindar el perdón, así sean muy grandes nuestros pecados.
Vemos en el contexto de este Evangelio que el hijo menor toma una decisión muy dolorosa: Alejarse de la casa paterna y se arriesga a vivir unos caminos opuestos a la voluntad que con gran firmeza y sacrificios le enseñó su padre.
Se marcha a un pais lejano y malgasta su herencia en placeres hasta quedar en tablas, es decir, sin nada. Toca el fondo del abismo.
Pero...recapacita y piensa su realidad, (quien es y lo que fue) y decide volver a casa, a su tierra, donde el amor incondicional prevalece; y recobra su identidad y dignidad.
¿Cuántos hoy nos vemos retratados en esta parábola y nos sentimos que estamos reflejando ese papel del hijo menor?, ¿Cuántos también de nosotros toma en su vida esa actitud del hijo mayor, quien se mostró egoísta y hasta soberbio, altanero, orgulloso e inmisericorde con su padre?
Si, un hijo que a pesar de estar al lado del padre disfrutando su vida y beneficios, le demuestra a un corazón de piedra. Se siente injustamente tratado y mal pagado.
Pero, el Padre no protesta ante ese malestar de su hijo mayor, antes por el contrario, le hace ver que también es corresponsal a la herencia.
¡¡¡Este es nuestro Dios, hermanos y hermanas!!!, un Padre que es acogedor y que invita a toda la humanidad a la Conversión, es decir, a regresar a la fuente de la vida y a que nos atrevamos a pedir el perdón por nuestras faltas.
Por tanto, estamos hoy invitados a tomar nuestras maletas y regresar al Padre Dios para abrazarle fuerte y sentirnos que somos sus hijos esperados.
Hombres y mujeres que vamos a estar siempre invitados a recobrar nuestra dignidad de hijos hechos a su imagen y semejanza.
VAYAMOS A LAS CIUDADES Y PUEBLOS, A PREGONAR ENTRE NUESTRAS FAMILIAS KLAS BONDADES Y MISERICORDIAS DEL SEÑOR. NO DEJEMOS DE HACERLO.