viernes, febrero 19, 2021

"Un corazón quebrantado y humillado, oh, Dios, tú no lo desprecias"..."Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito; limpia mi pecado "...Salmo 50.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 19 de Febrero del 2021

JESUS NOS INVITA A SER CONSTANTES EN LA ORACION Y EN EL COMPARTIR NUESTRAS VIDAS CON AQUELLOS QUE NECESITAN DE NUESTRO APOYO Y AMOR.

El Evangelio de hoy tomado de Mt 9, 14-15, nos presenta  un aspecto muy importante de lo que significa la figura de Jesús y la esperanza que  conlleva su presencia a los que tienen sus corazones angustiados y atribulados por la tristeza, el desasosiego y la desesperanza.

Jesús toma en sus hombros las cruces de nuestras iniquidades como son la injusticias, las maldades, las infamias; y las  lleva consigo hasta el suplicio de su muerte para que todos nosotros, siendo muertos a los pecados, vivamos a la justicia y seamos sanados.

Para muchos esto les parecerá simples palabrerías y nada más; porque dicen que no siempre encuentran las soluciones a sus problemas en las oraciones y llegan hasta pensar que a Jesús, le son indiferentes.

Él quiso entregarse a vivir el camino de la cruz y llegar a los máximos extremos: la muerte. 

Su muerte en la cruz, no puede significar la solución total y material a las dificultades que nos agobian; sino la cura de nuestras almas y el bálsamo para calmar y sanar las dificultades y nuestras miserias.

El Evangelio de hoy nos propone la práctica del ayuno el cual significa austeridad y penitencia. Este ha sido una de las herramientas que nos permite acercarnos más a Dios.

Miremos, hoy en día son muchas las cosas las cosas que nos están atrapando y alejándonos de Dios y como barcas a la deriva y en medio de grandes corrientes, nos vemos arrastrados y  llevados hacia el naufragio.

Miren, no podemos desprendernos  de la práctica de la oración, de la lectura meditativa y el compartir en solidaridad nuestras vidas con los que necesitan del amor y la esperanza de vida nueva, ello, es una de las prácticas que más nos acerca a Dios. 

Oremos: Señor, tú te entregaste por nosotros hasta morir en una cruz. Hoy quiero ayunar más de mi mismo y de todas esas cosas que me están separando de ti como también de mis hermanos. 

GRACIAS TE DAMOS SEÑOR POR HABERNOS LLAMADO A SER TESTIGOS DE TUS PALABRAS Y A LLEVAR A TODOS LOS LUGARES LA SALVACION DE NUESTRAS ALMAS.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:58 a.m. | Permalink |


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