"Bendice, alma mía, al Señor "..."Bendice, alma mía, al Señor, ¡Dios mío, que grande eres! Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto"...Salmo 103.

Miércoles 10 de Febrero del 2021

JESUS NOS INVITA A QUE TENGAMOS UN CORAZON LLENO DE SU LUZ Y REFLEJEMOS AL MUNDO SU AMOR Y LA ALEGRIA DE LA VERDAD.

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 7, 14-23, Jesús nos propone echarle una mirada a nuestros corazones y descubrir en él, como está cimentado  su interior.

Ayer, en el Evangelio (Mc 7, 1-13), luego de las tantas recriminaciones que le hacían los Escribas y Fariseos por las actitudes que habían tomado sus discípulos frente a las leyes y mandatos religiosos, Jesús invita a la gente a que le escuchen para que entiendan lo que significa la pureza y la religión ante Dios; es decir, Él, les quiere orientar hacia una religión que tenga como principal motor el corazón de cada uno. 

Y es que Él quiere manifestar que la intención del corazón refleja lo que de verdad vive el hombre.

Un corazón lleno de Amor, refleja Luz, se hace brillante y se hace atractivo; en cambio un corazón que vive en la maldad, refleja oscuridad y demuestra que está apegado a los tesoros falsos que imperan en el mundo y que son como bultos cargados de odio, de mentira, de falsedad, de egoísmo y corrupción; factores estos que provocan divisiones y guerras.

Hoy Jesús nos está proponiendo a ser unos verdaderos signos del Amor  y de la Verdad. A que busquemos por todas las formas y maneras posibles, tener un corazón abierto y dispuesto a escuchar siempre la voz de Dios para apartar las oscuridades y encontrar la Paz, la Fuerza y el Ánimo de luchar y encontrar la verdadera felicidad. 

El ideal que nos plantea hoy este Evangelio es que tú y yo busquemos al precio que sea necesario pagar, hacer que la vida nuestra llegue a ser como la de Dios. Es decir, si fuimos hechos a Imagen y semejanza Él, debemos reflejar lo que es Él para toda la humanidad. 

Preguntémonos hoy: ¿Nuestros actos proceden del respeto a las leyes o son signos de amor hacia los demás?

Pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a cultivar en nuestros corazones la fuerza del amor incondicional para ser luz en todas partes y frente a todas las circunstancias.

JESUS NOS INVITA A SUBIRNOS EN SU BARCA PARA IR A NAVEGAR MAR ADENTRO Y ALLI, A ENSEÑARNOS A SER PESCADORES DE HOMBRES. ¿TE ATREVES?