"El Señor, Dios de los ejércitos, es el Rey de la gloria"..."¡Portones!, alzada los dinteles, que se alcen las puertas eternales: va a entrar el Rey de la gloria"...Salmo 23.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Martes 2 de Febrero del 2021
LA LUZ DE JESUS NOS HACE ARDER EN EL MUNDO PARA IRRADIAR LA FE Y LA ESPERANZA DE UNA VIDA NUEVA.
El Evangelio de hoy tomado de Lc 2, 22-40, nos narra la Purificación de Jesús en el Templo, la cual se enmarca dentro de la Epifanía de la Navidad.
En esta presentación se destacan dos personajes Simeón y Ana que tienen la tarea en el templo del reconocimiento a la Luz del Espíritu Santo. Ellos eran personas ancianas y llenos de mucha sabiduría.
Simón era un hombre justo y muy piadoso que esperaba ver la Luz que le daría el consuelo y la esperanza al pueblo de Israel.
Simeón tiene un gesto sublime: se acerca a María y a José y toma el niño en sus brazos y levantándolo, da gracias a Dios y pronuncia esta oración: "Ahora Señor, puedes dejar a tu servidor que muera en paz, como lo has prometido porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos "Luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel " Lc 2, 28-35.
Estas palabras de Simeón es un anuncio de la Universalidad de la Salvación y éste es el signo, la Luz, luz que da el verdadero sentido a la vida de los hombres.
Por tanto, cada uno de nosotros seguidores de Jesús es una llama de esa Luz que nos hace arder en el mundo para irradiar la Fe y la Esperanza ante las angustias, los sufrimientos y las calamidades como la muerte, de allí, que cada uno es un testigo de vida nueva, de amor, de solidaridad y fidelidad en todos los lugares donde se encuentre, para que sean muchos llamas de fuego ardientes y se salven.
Que este Evangelio nos ilumine la vida y con él en el corazón, nos convirtamos en verdaderos testigos de la Luz de Jesús.