sábado, enero 23, 2021

"Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas"..."Pueblos todos,  batid palmas, Aclamad a Dios con gritos de júbilo; porque el Señor Altísimo es terrible, emperador de toda la tierra"...Salmo 46.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Sábado 23 de Enero del 2021

JESUS NOS PIDE PERSEVERANCIA ANTE LAS DIFICULTADES MOSTRANDO A TODOS LA GRANDEZA DE LA FE QUE HEMOS ASUMIDO.

El Evangelio de hoy tomado de Mc 3, 20-21, nos narra un episodio que nos permite contemplar lo que vive una persona cuando está apasionada por su vocación de ser servidor del Reino de Dios.

Jesús, el Hijo de Dios, se consagró al Padre para la Misión de entregar a todos los hombres la manera de como alcanzar la salvación, dando a conocer el amor Infinito y Misericordioso de su Padre, hasta llegar a ser capaz de sacrificar su vida por ellos.

Y es que Jesús no predicaba ni actuaba con esos criterios de los "doctos de la ley", que imperaban y sometían al pueblo, porque sus Palabras, hechos y acciones estaban dirigidas a proclamar como dichosos a los más necesitados, los pobres, los enfermos, los que sufrían y los que tenían hambre y sed de justicia y por eso, los Escribas y los Fariseos lo proclaman blasfemo y hasta loco.

Jesús donde iba era asediado por la gente que deseaban encontrarse con Él, ya que su fama cada vez se hacía más grande en la región.

La gente lo apretujaba y no lo dejaban casi ni hablar ni comer. Jesús era y es hoy, Una persona atrayente porque sus Palabras son Camino, Verdad y Vida y para muchos hombres dirigentes, es una amenaza.

Quien vive intensamente la Fe sabe que ella no es algo decorativo, ni un diploma que se cuelga en cualquier pared de nuestra vivienda y que sirve para que decore y otros la observen como privilegio alcanzado. ¡La Fe no es eso!.

Hoy Jesús nos enseña que quien le conoce y toma la decisión de seguirle, lo elige como El Salvador de su vida  y se comporta actuando como Él sin importarle las críticas y señalamientos.

Dice el Evangelio que "Sus familiares, que lo oyeron, salieron a calmarlo" Mc 3, 21. Porque aún no le habían entendido. Solo María, su madre fue capaz de ayudarlos a entender y a fijar su mirada en Él y así, formar parte de ésta gran comunidad.

Pidámosle a ella hoy que nos ayude a mantener la mirada en su Hijo Jesús y seamos capaces de arriesgar la vida por Él. 

JESUS NOS ESCOGIO Y NOS BRINDO LA OPORTUNIDAD DE CONOCERLE, AMARLE Y SEGUIRLE PARA IRNOS ENSEÑANDO LA GRANDEZA DEL REINO DE DIOS. SEAMOS MULTIPLICADORES DE ESAS BONDADES CON LOS QUE NOS RODEAN.

 
posted by Laureano García Muentes at 6:13 a.m. | Permalink |


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