viernes, enero 08, 2021

"Glorifica al Señor, Jerusalén"..."Alaben al Señor porque es bueno, canten a nuestro Dios porque es amable, porque a Él le conviene la alabanza"...Salmo 147.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 8 de Enero del 2021

JESUS NOS PIDE QUE SIN TEMORES NOS ACERQUEMOS A EL Y DE MANERA HUMILDE Y SENCILLA LE PIDAMOS QUE NOS AYUDE A SANAR NUESTRO CORAZON.

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 5, 12-16 podemos apreciar a Jesús que además de Enseñar, Sanaba y la multitud se reunía en torno a Él para escucharle y llevarle los enfermos.

Hoy la Palabra nos narra que fue un hombre leproso quien se le acerca a Él y como lo sabemos, estos enfermos eran excluidos y alejados de la sociedad pues eran considerados hombres castigados por la justicia Divina; y quien se acercara a ellos y los tocará, quedaban también impuros. 

Este leproso de hoy nos muestra el valor y la decisión de actuar de manera humilde a pesar de que al acercarse a Jesús para pedirle que le sanará,  iba en contra de la ley y de la religión que imperaba.

Jesús, hace presente el Reino de Dios y sin importarle el bullicio y la inquietud de la indiferencia de la gente, le acoge y lo sana.

El leproso le dice: "Maestro, si quieres, puedes curarme", que hermosas palabras que nos demuestran la humildad y la sencillez de su corazón, como también, una absoluta confianza en su Maestro.

 ¿Cuántos de nosotros no nos sentimos paralizados por los problemas y enfermos de la lepra que sucumbe la sociedad, hechos que nos van haciendo hundir en el mar de la muerte espiritual y de la separación de Dios hasta el punto de perder toda la confianza en Él? Pues, somos como barcas que están a punto de naufragar. 

Pero hoy, Jesús nos presenta una gran propuesta: La Liberación de  las sombras de la muerte. De quitarnos todos los sufrimientos y desilusiones que hemos vivido y de ayudarnos a resucitar, purificando nuestra alma.

Miren: Por ello y por mucho más de lo que puede hacernos nuestro Salvador Jesús, les propongo realizar una pequeña pero profunda oración donde le digamos: Señor, ayudamos a no ser indiferentes ante el dolor, el sufrimiento y la exclusión de nuestros hermanos más necesitados, que aprendamos de tu práctica y sin temores y con una profunda confianza en ti, nos acercamos a ellos para sembrar en sus corazones la esperanza y la fraterna unión de hermanos. Amén. 

SOMOS PORTADORES DE LAS GRANDES ENSEÑANZAS DEL SALVADOR Y EL NOS ENVIA A IR A TODAS PARTES PARA DIFUNDIRLAS ENTRE LA GENTE. EL DESEA QUE TODOS NOS SALVEMOS-

 
posted by Laureano García Muentes at 5:48 a.m. | Permalink |


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