REFLEXIÓN AL EVANGELIO DE HOY-

Lunes 10 de Agosto del 2020

HOY JESÚS NOS DICE A TI Y A MI QUE LLEGO LA HORA DE HACER LA SIEMBRA DE LA SEMILLA DEL REINO DE DIOS. ATRÉVETE.

 "Dichoso el que se apiada y presta"..."Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos. Su linaje será poderoso en la tierra, la descendencia del justo será bendita"...Salmo 111.

En el Evangelio de hoy tomado de Jn 12, 24-26, vemos a Jesús explicándole a sus discípulos lo que significa la Palabra de Dios en el corazón de la humanidad y toma como ejemplo una simple Semilla y, les hace ver la energía y la potencia que Dios ha depositado en ella, que al ser depositada en tierra, germine, crezca y se desarrolle como una hermosa planta que más tarde dará una gran cosecha.

Toda semilla posee esa energía vital y ese poder que no vemos. Cuando las manos del hombre la lleva a la tierra y la cubre por esta (es sembrada), muere y comienza a desplegar toda su potencia que fue dada por Dios para nacer y crecer. En cambio, si una semilla no es sembrada, su existencia será vana y nunca dará fruto alguno, no podrá reproducir. 

Hoy Jesús con su gran sabiduría, le resalta a sus discípulos de ayer y de hoy que ha llegado la hora de sembrar la semilla.

Él nos ha enseñado con su vida, obras, palabras, pasión, muerte en una cruz y su gloriosa Resurrección; y nos pone de ejemplo la semilla del trigo, porque esta al caer a tierra y morir como lo hizo Él, se reproduce y da abundantes frutos.

Jesús nos dice hoy en este Evangelio de Juan: " Si el grano de trigo caído en tierra no muere, queda solo; pero si muere, da muchos frutos. El que se aferra a la vida la pierde, el que desprecia la vida en este mundo la conserva para la vida eterna" Jn 12, 24-25.

Él nos quiere manifestar que para ser sus discípulos efectivos en el mundo de hoy, hay que morir a nosotros mismos, dejar todo a un lado y seguirle con plena libertad y decisión; es decir: el que no actúe, que no se afane por hacer la Voluntad de Dios, que se mantiene tibio y no vive a plenitud la Misión legada por Jesús, se pierde de ser multiplicador y es una semilla estéril que a pesar de tener ilusiones y realizar esfuerzos, se queda bajo la sombra del árbol más sombrío donde la carcome el orgullo y la vanidad. 

Jesús no solo nos enseña con su Vida y sus Palabras, sino también, con su muerte como Semilla y nos llena de esperanza con su Resurrección; que es para su seguidor, la fuerza de Dios representada en la Fe, que la hace crecer y dar fruto abundante. 

"Nadie tiene mayor amor que quien da la vida por los que ama" Jn 15, 13.

Que nuestra vida nueva sea el nuevo germen entregado por Dios para llenar de amor y esperanza a la humanidad. 

TE INVITO A QUE SEAS MULTIPLICADOR DE ESTAS ENSEÑANZAS ENTRE TUS AMIGOS Y FAMILIARES, SE UNA SEMILLA QUE MUERE Y CRECE PARA DAR MUCHAS FRUTOS. TODO PARA DAR GLORIA A DIOS.