miércoles, mayo 20, 2020
REFLEXIÓN DEL EVANGELIO DE HOY
Miércoles 20 de Mayo del 2020

JESÚS NOS LLENA DE ESPERANZAS Y NOS PIDE TENER FE Y CONFIANZA PARA COMPRENDER EL MISTERIO DE DIOS."

"Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria". "Alabad al Señor en el cielo, Alabad al Señor en lo alto. Alabado todos sus ángeles; alabadlo todos sus ejércitos"... Salmo 148.

Hoy en el Evangelio de Jn 16, 12-15, Jesús dentro de su discurso de despedida en la última cena, le manifiesta a sus discípulos, estas palabras: "Muchas cosas me quedan por decirles, pero ahora, no pueden comprenderlas. Cuando venga él, el Espíritu de la Verdad, los guiará hasta la verdad plena" Jn 16, 12-13.

Y estas Palabras de Jesús tienen un sentido; Él no quiere sobrecargar la capacidad que tenemos los seres humanos para comprender el plan de Dios en la humanidad y el sentido  del estado de felicidad que se logra con la bendición de Dios a través de la práctica de las Bienaventuranzas.

Él desea que su vida y sus enseñanzas se solidifiquen  en la humanidad y ello solo se logrará cuando el aliento  del Espíritu Santo nos guíe y ayude en la comprensión del Misterio de Dios.

Dios no es un Padre que obliga y domina al hombre haciéndonos dependientes de sus decisiones, NO, Él quiere que nosotros le entendamos y le interpretamos para así, Conocer su Voluntad.

Este Evangelio de hoy, nos invita a que nos coloquemos frente a frente y de cara a cara a nuestro Padre Dios, para que al mirarnos nuestras realidades, tengamos la humildad de reconocer nuestras falencias y hasta nuestras terquedades al no dejarnos guiar muchas veces por el Espíritu de la Verdad.

Si. Estos desmanes nos suceden muchas veces cuando vivimos algún dolor profundo ante la pérdida de alguien o algo. Dios nos invita a volver a respirar aunque no lo hagamos como antes ya que percibimos que no somos los mismos porque nuestra vida ha sido tocada. 
Es entonces, allí, en ese lugar, donde es importante la ayuda del Espíritu Santo.

Con Él podemos medir las consecuencias y al dimensionar estas en el tiempo; y en ese espacio, con su ayuda filial de Él, podamos acoger la mejor opción para aprender a aprovecharla y vivirla a plenitud. 

Comprendamos pues que la vida nueva se vive en la común - unión con Dios y que la oración constante nos alentará para vivir llenos de esperanza, fe y convicción todos los días de la vida. 

Les invito a que multipliquemos la invitación a leer estos mensajes de Reflexión de la Palabra diaria entre tus familiares y amistades. Todo para la Gloria de Dios Padre.

 
posted by Laureano García Muentes at 6:27 a.m. | Permalink |


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