REFLEXIÓN DEL EVANGELIO DE HOY
Jueves 21 de Mayo del 2020
JESÚS NOS PIDE HUMILDAD PARA COMPRENDER EL MISTERIO DE DIOS."
En el Evangelio de hoy tomado de Jn 16, 16-20, Jesús sigue mediante el diálogo directo con sus discípulos enseñándoles sobre la experiencia que vivirán ellos a partir de su muerte, una experiencia única que solo se puede vivir a partir de la Fe.
El Evangelio de Juan, nos viene situando durante esta semana en el contexto de una situación que Jesús aún no ha vivido (su pasión y muerte en una cruz) y todo ocurre, cuando celebra con ellos, la última cena.
Allí, se ha creado un ambiente de incertidumbre y desconcierto entre los discípulos porque no alcanzan a comprender sus Palabras.
Hoy les dice: "Dentro de poco ya no me verán, y poco después me volverán a ver" Jn 16, 16, y es que Él, les anticipa su Resurrección
Esta expresión les deja a ellos en dudas, temores y hasta en falta de confianza.
Nos salta entonces una pregunta: ¿No estaban aún preparados los discípulos para conocer y entender lo que no querían vivir después de la muerte de su líder?
Hoy a nosotros como a ellos, se nos nubla la razón para entender esa situación, porque en ellas, existen realidades que nos son difíciles comprenderlas; porque siempre queremos ver las cosas fáciles y a la lógica de un buen entender.
Si, yo pienso que nos hace falta la humildad para reconocernos que somos limitados cuando las cosas provienen de Dios.
Las cosas de Dios, no las meditamos, ni ponemos todos nuestros esfuerzos y empeños en comprenderlas, ni le pedimos la ayuda al Espíritu Santo. Recordemos que Solo Él es capaz de darnos claridad en lo que no está a nuestro alcance
Hoy estamos invitados a colocarnos en las manos del Señor y hacer de nuestra vida un proceso de re descubrimiento progresivo confiando siempre que Dios está presente entre nosotros, que es sanador y liberador.
Es la experiencia de la Resurrección la que nos permite ver la Luz, el nuevo horizonte y el verdadero camino.
Jesús nos lo dice hoy una vez más: "Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo"; y es ahí, donde su presencia entre nosotros, convierte en alegría todas las tristezas y desasosiegos.
Pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude convertir todas nuestras tristezas en esperanzas para así, encontrar vías que nos conduzcan a hacer nuestras vidas según la voluntad de Dios.
Les invito a que multipliquemos la invitación a leer estos mensajes de Reflexión de la Palabra diaria entre tus familiares y amistades. Todo para la Gloria de Dios Padre.
posted by Laureano García Muentes at 6:45 a.m.