domingo, abril 19, 2020
REFLEXIÓN DEL EVANGELIO DE HOY
Domingo 18 de Abril del 2020

"JESÚS NOS INVITA A ABRIR NUESTROS CORAZONES VENCIENDO LOS TEMORES, LAS DESESPERANZAS  Y LAS TRISTEZAS CREYENDO EN EL."

"Demosle gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su Misericordia ".
"Diga la casa de Israel: Diga la casa de Aarón: Eterna es su Misericordia. Digan los fieles del Señor: Eterna es su Misericordia". Salmo 117.

Hoy celebra la Iglesia el segundo domingo de la Pascua de Resurrección de Jesús, al que ha llamado Domingo de la Divina Misericordia porque en Jesucristo Dios se muestra a la humanidad con toda su grandeza en su actuar y lo sublime de su corazón.
Un Dios que abre las puertas y que hace desaparecer los miedos y las desesperanza y nos hace sentir la reconciliación y el perdón. 

El Evangelio de hoy tomado Jn 20, 19-31 nos narra dos de las primeras apariciones de Jesús Resucitado ante los discípulos.

La primera con la ausencia de Tomás y la segunda ya con él presente  pero mostrando aún su incredulidad de la Resurrección de Jesús. 

En ambas apariciones, nos indican que los discípulos estaban reunidos y encerrados en sus miedos y temores por creer que podrían correr la misma suerte de Jesús: ser crucificados por parte de los Judíos, Jesús se les presenta y se coloca en el medio de ellos y los saluda, diciéndoles: "La Paz esté con ustedes" Jn 20, 19.

Hay en este primer versículo  de la lectura dos(2) signos importantes: tenían las puertas cerradas por el temor a lo que les podía suceder.

Están sumidos en una sensación paralizante y que para convertirse en misionero o multiplicador de las propuestas  de salvación que Jesús quiso esparcir en la humanidad, es un obstáculo.

Jesús atraviesa las puertas  de sus corazones encerrados en el desánimo y en los miedos y les dice: " La Paz esté con ustedes".

Jesús, como un gesto para fortalecer la confianza, les muestra sus manos, pies y el costado. Y los discípulos  se alegraron y creyeron

Jesús les dice: " Como el Padre me envió,  así, yo los envío a ustedes" y les sopla sobre ellos.

Si hacemos un poco de memoria, este gesto de Jesús Resucitado nos recuerda el soplo de Dios en la creación. Hoy Él, nos da muestra de la nueva creación, de la nueva vida por medio de su Espíritu, es decir, da apertura a la Misión Universal de ir a todos los lugares, utilizando todos los medios posibles,  para anunciar a todos,  la Buena Nueva.

El único que no hacía parte de ese primer encuentro era Tomás, quien a pesar de ser informado de la aparición de Jesús, no creyó. Estaba aferrado a sus seguridades y estaba buscando quizás dispersarse del grupo y buscar otro camino.
Vivía una Fe débil y que estaba expuesta a las muchas dificultades.

Jesús vuelve y les aparece cuando Tomás está presente y se le muestra a Tomás como una realidad indiscutible y verdadera. 
Jesús le dice: " Mira mis manos y toca mis heridas; extiende tu mano y palpa mi costado, en adelante no seas incrédulo, sino hombre de Fe" Jn 20, 27

Ante esta experiencia, Tomás toma una vida diferente pero verdadera; siente el llamado y se compromete de salir de su encierro y a ir a anunciar la verdad a la humanidad de la Resurrección  de Jesús. Y le dice: "Señor mío y Dios mio" Jn 20, 28.

Hoy este Evangelio nos invita a aceptar la Fe dejando a un lado esos intereses personales y esos temores por el que dirán. Hay que tener firmeza en la confianza en Dios y sentirse seguro que el Resucitado nos acompaña hasta el final de nuestro tiempo. 

Les invito a que multipliquemos la invitación a leer estos mensajes de Reflexión de la Palabra diaria entre tus familiares y amistades. Todo para la Gloria de Dios Padre.
 
posted by Laureano García Muentes at 7:03 a.m. | Permalink |


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