REFLEXIÓN DEL EVANGELIO DE HOY
Miércoles 26 de Febrero del 2020
"TIEMPO DE CUARESMA. MANIFIESTA A DIOS LA ACEPTACIÓN DE UN DIALOGO CON EL SINCERO Y ARREPENTIDO DE CORAZÓN"
Hoy iniciamos el Tiempo de la Cuaresma. Un tiempo donde nuestra Iglesia ofrece a la humanidad una oportunidad para reflexionar la vida que vamos construyendo y mirar cuales han sido los caminos errados que hemos seguido; pero ante todo, pedir a Dios mediante propósitos firmes y decididos, nuestro deseo de reconciliación para con Él y recuperar así, el camino que Él nos a señalado desde nuestro nacimiento, corrigiendo esas manifestaciones erradas que hemos tenido para ser hombres y mujeres nuevos capaces de emprender una nueva vida con propósitos que transformen nuestra realidad y la vida fraterna con el Padre Dios.
Tenemos pues, un tiempo para Orar, es decir, hablar con Dios; y para vivir día a día, la alegría del Evangelio.
No perdamos esta oportunidad.
La primera lectura de hoy tomada de la profecía de Joel 2, 12-18 en su primer versículo nos exhorta al arrepentimiento de nuestras culpas y faltas, así lo dice: "Ahora oráculo del Señor- conviértanse a mi de todo corazón, con ayunos, con llantos, con luto. Rasguen sus corazones y no los vestidos; conviértanse al Señor su Dios; que es compasivo y clemente, paciente y misericordioso, y se arrepiente de las amenazas" Jl 2,12-13.
Por otro lado, el Salmo 50 que es una aclamación de suplica al Padre Dios, nos invita a decirle: "Misericordia, Señor, hemos pecado".
Y el Evangelio tomado de Mt 6, 1-6; 16-18, nos invita a ser sinceros, honrados y coherentes con Dios porque como dice hoy la Palabra: " Cuando ayunes, perfumate la cabeza y lávate la cara, de modo que tu ayuno no lo vean los demás, sino tu Padre, que está escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará" Mt 6,17-18.
Cuando entramos en el diálogo con Dios y nuestros deseos de reconciliación son latentes en nuestro corazón, en nuestro ser, se manifiesta la aceptación de ese diálogo sincero que dignifica y da el sentido del encuentro con Dios Padre.
Es como quien firma un contrato allí, se manifiesta la aceptación sincera y se da el reconocimiento de esa búsqueda del sentirse fieles el uno con el otro y donde cuenta la palabra.
El sincerarse uno con el otro, muestra verdad, sencillez y honestidad y esto, demuestra valor y respeto.
Si, se dice y se actúa con el corazón y se demuestra la honestidad.
Ejercitamos pues nuestro ser al Amor con Dios y practiquemos la vida cristiana con honestidad y responsabilidad.
"Convierte y cree en el Evangelio ", "Levántate y anda" le decía Jesús a los paralíticos; y hoy, nos lo dice a ti y a mi.
Les invito a que multipliquemos la invitación a leer estos mensajes de Reflexión de la Palabra diaria entre tus familiares y amistades. Todo para la Gloria de Dios Padre.