
REFLEXIÓN DEL EVANGELIO DE HOY
Miércoles 19 de Febrero del 2020
"JESÚS NOS PIDE RECREAR NUESTRAS VISTAS Y DEJAR NUESTRAS CEGUERAS Y MENTIRAS "
Señor, tú nos has mostrado todos los medios para caminar cerca de ti. Uno de ellos, es la oración constante y sencilla que salga de nuestros corazones. Permite que tú Espíritu Santo nos ilumine y guíe para ser más sinceros y decididos en hacer tú Voluntad.
Que gran corazón nos muestra hoy Jesús en el Evangelio de Mc 8, 22-26 al sanar de su ceguera a un hombre que no veía y que estaba sumergido en la oscuridad.
Cuantas veces en nuestras vidas, necesitamos recrear nuestras miradas, porque muchas son las veces que quisiéramos ver más allá que los demás y en otras ocasiones, necesitamos de alguien que nos levante de nuestras oscuridades y nos ayude a caminar, sintiendo en nuestro ser lo que significa la libertad y el ver o apreciar todas las cosas como son.
Estamos viviendo en el mundo y éste, nos llama y hasta nos arrastra de manera permanente a que perdamos la vista.
Si, sin darnos quizás cuenta vamos agudizando nuestras ceguera y en ocasiones queremos emerger de ellas y comprender lo que Dios nos dice, pero, las fuerzas se nos pierden y regresamos al fondo y al abismo.
Le damos demasiado peso a las seguridades externas y perdemos fácilmente la visión del más allá.
Así le pasó al ciego de Betsaida del que habla el Evangelio de hoy, cuando Jesús le preguntó después de imponerle las manos y poner en sus ojos su saliva.
¿Ves algo? Y el ciego le respondió: "Veo hombres; los veo como árboles caminando" Mc 8, 23-24.
Esto nos ha de llevar hoy a que nos miremos nosotros mismos y nos hagamos esta pregunta: ¿Porque la experiencia que tenemos de Dios y de mi, no tiene mayor peso?
Aquí el ciego al ser preguntado por Jesús está viendo a su alrededor una realidad que es irreal, que solo está en la mente del ciego y que puede conducir al engaño: "Veo hombres que parecen árboles, pero que caminan".
Que mentira: El siempre, desde su nacimiento estaba ciego y no había visto a un hombre ni tampoco a un árbol. Si, mentía a pesar de frente y al lado de su Salvador.
Su pasado, sus perjuicios, su conducta y la falta de Fe, le dificultaba ver la realidad con una claridad y quiere engañar.
Está Palabra que nos brinda el Señor hoy, nos invita a colocarnos frente a un espejo y cara a cara nos miráramos detenidamente para preguntarnos si estoy siendo como el ciego de Betsaida o estoy actuando con coherencia y sinceridad de cara a Dios.
Pidámosle al Espíritu Santo que nos libere y recree nuestras miradas cambiando nuestros pensamientos.
Les invito a que multipliquemos la invitación a leer estos mensajes de Reflexión de la Palabra diaria entre tus familiares y amistades. Todo para la Gloria de Dios Padre.