martes, enero 07, 2020
REFLEXIÓN DEL EVANGELIO DE HOY
Martes 07 de Enero del 2020

"JESÚS NOS INVITA A COMPARTIR LO QUE TENEMOS Y QUE GRATIS HEMOS RECIBIDO DE DIOS

Las lecturas del día de hoy tomadas, así: La primera de la Primera Carta de Juan Cap. 4, 4¬-10; Salmo 71 y el Evangelio de Mt 6, 34-44. Se centran en la grandeza del Amor de Dios para con los que le aman y la revelación de Jesús como ese Profeta Compasivo y Misericordioso.

Jesús en el Evangelio ve y se compadece de una multitud que les hace falta un pastor. Una multitud que se encuentra aglomerada no solo para escucharle, sino también por encontrar en El una Luz de esperanza y así, satisfacer sus necesidades tanto básicas como espirituales. 

Como lo fue en aquella época, nuestros pueblos de hoy están viviendo similitud de condiciones; muchos pobres y necesitados están desesperados. Un porcentaje alto de ellos en el mundo está siendo oprimido y han perdido toda la confianza en sus gobernantes. Se han empobrecido y están siendo olvidados. No tienen ninguna clase de oportunidades; deambulan como mendigos porque les quitan sus tierras, sus casas y todo lo que tienen.  Además, están siendo considerados como gentes de segunda clase por sus impurezas y abandono. No tienen calidad de vida.

Hoy ellos, salen a la orilla del mar de nuestras comodidades y confort y se amontonan en un número considerable para esperarnos y pedirnos nuestra atención misericordiosa. Si, nos suplican como a  Jesús una ayuda para lograr la libertad. Esperan de nosotros nuestra solidaridad para mitigar el hambre y la falta de amor.

Hoy Jesús con esta Palabra nos impulsa a que como sus discípulos afrontemos  esta gran realidad. Somos sus seguidores y como tales, nos pide Compartir lo que tenemos: nuestros talentos y capacidades, esos que gratis de Dios, hemos recibido.

Hoy El, nos llama la atención como lo hizo con sus primeros discípulos invitándonos a sentir lo que El siente por la multitud. 

Preguntémonos: Cuantos de nosotros hemos reaccionado como lo hicieron los primeros discípulos: “¿Vamos nosotros a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?” Si, relacionamos el problema con el comprar; y ante ello, Jesús reacciona y nos dice que el mundo tiene la mesa, y que ésta, es de todos y para todos. Y nos pregunta: “¿Cuántos panes tenéis? Id a ver”. Después de habernos cerciorado, le decimos: “Cinco panes y dos peces”. Entonces nos manda que acomodemos a todos por grupos sobre la verde hierba. Y se acomodaron por grupos de cien y de cincuenta. Y tomando los cinco panes y los dos peces, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y los iba dando a los discípulos para que se los fueran sirviendo. También repartió entre todos los dos peces. Comieron todos y se saciaron. Mt.6, 37- 42

Hoy recordamos con este Evangelio también aquella parábola en la que un hombre rico y piadoso se arrodilla ante Jesús y le presenta una pregunta importante: "Maestro bueno, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?" (Marcos 10:17b).

Jesús le recuerda la importancia de guardar los mandamientos de Dios, y el hombre le asegura que los ha observado fielmente desde su juventud. "Jesús lo miró con amor y le dijo: ´Te falta una sola cosa. Ve y vende lo que tienes y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; luego ven y sígueme´" (Marcos 10,21). El hombre se marcha triste porque, a pesar de su fiel observancia de la Ley, le falta el amor para hacer lo que le pide Jesús

¡Qué grande es Dios que tanto nos ha ama! Siente compasión de nuestros sufrimientos y nos da el alivio para seguir adelante en los momentos más difíciles de nuestra vida. 

El amor es donación. Donación que sabe hacer felices a los demás, aunque se esté sufriendo. Eso es el amor una donación sin límites, como la que Cristo no quiere manifestar en este pasaje. Él es el Amor en persona, porque cuando ve una multitud se compadece y hace todo lo posible por ayudarlos en todos los sentidos.

Él ha querido darnos el Alimento de los alimentos: su mismo Cuerpo, y hoy nos dice: "Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo que será entregado por vosotros".

Dios nos ama y desea que seamos felices compartiendo su maravilloso amor.

Les invito a que multipliquemos la invitación a leer estos mensajes de Reflexión de la Palabra diaria entre tus familiares y amistades. Todo para la Gloria de Dios Padre.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:08 a.m. | Permalink |


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