viernes, mayo 02, 2014
¿AL ASUMIR LA MISIÓN DE EVANGELIZACIÓN QUE NOS PROPONE LA IGLESIA NOS HEMOS INVOLUCRADOS EN UN SERVICIO QUE NECESITA UNA RESURRECCIÓN?
¡Tal vez sí!

Es posible que hayamos estado insertados en un trabajo de evangelización por un tiempo largo y a pesar de ello, aún no hemos obtenido los resultados esperados. Cuando hacemos un discernimiento integro de nuestra labor pastoral, nos cuestionamos: ¿Sera que nuestros esfuerzos no han tenido sentido y no han producido los resultados que esperamos? ¿En que estaremos fallando? ¿Será que se ha hecho el progreso demasiado lento o demasiado letárgico? ¿Nos han atrapados las incapacidades y hemos trabajado en algo que no corresponde a aquello para lo que creemos que hemos sido llamados? Y notamos algo muy interesante: Es que debemos avivar nuestra fe y  nutrir nuestra constancia.

Algo muy importante podemos apreciar en los Evangelios: Pedro y Juan, discípulos de Jesús, experimentaron obstáculos en el itinerario de predicación. Y las autoridades de esa época los apedrearon, los persiguieron y hasta fueron puestos en prisión. Y lo peor de todo fue que ellos les ordenaron que nunca más mencionaran a la persona de Jesús públicamente.

Me cuestiona entonces esta situación. Si hoy fuésemos tú y/o yo: ¿Nos hubiese detenido esto?

Miren, Pedro y Juan sabían que cuando hay que hacer la voluntad de Dios, no existe obstáculos que  le aventaje. 

Recordemos aquella tarde cuando Jesús se les acerco a la orilla del lago y al encontrarles frustrados por lo mal de la pesca de toda una noche, Él les pide que vayan otra vez, que tomen sus barcas y vuelvan a tirar sus redes. Y al hacerlo, atraparon una gran abundancia de peces. ¡Ellos obedecieron a su voluntad!

Y es que somos presa fácil de la ligereza y por la falta de paciencia y ante situaciones difíciles y por la falta de perseverancia, nos damos por vencidos con demasiada facilidad desesperándonos al ver que las cosas no marchan de la manera que creemos que deban marchar a pesar de nuestros constantes esfuerzos. Y lo peor de todo es que nos precipitamos a perder la gran oportunidad que nos regala Jesús de ser sus discípulos escogidos y portadores de la buena nueva al mundo.

 Les exhorto pues a PERSEVERAR, a estar listo para avanzar y hacer lo que sea que nos haga llegar más allá de lo que suena lógico y cómodo.
Sigamos adelante y supongamos que es Jesús quien nos está hablando. Movámonos hacia nuestros ideales y objetivos sin temor y confiemos en que si estamos cometiendo un error, Dios llamará la atención y re-direccionará otra vez nuestro rumbo. 


CON LA RESURRECCIÓN DE JESÚS, QUEDO VENCIDA LA MUERTE. EL NOS ENSEÑA A MIRAR DE FRENTE NUESTRAS DEBILIDADES.
 
posted by Laureano García Muentes at 7:13 a.m. | Permalink |


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