lunes, abril 07, 2014
LO MARAVILLOSO DEL AMOR DE DIOS

¡El amor de Dios es maravilloso! Esta no es solo es una bella afirmación que inspira al hombre lleno de fe, sino la evidencia de la confianza en El.

Es la frase perfecta que ha engalanado la vida humana a través de los tiempos y que lo ha llevado inclusive a generar bellas poesías.

Vivir el amor de Dios, ha de ser la sublime experiencia para todo cristiano.
Anidar en ella, no solo ayuda a descubrir un mundo nuevo lleno de fe, sino que además le ínsita a abrigar en su corazón una imaginable conmoción.

Sentir el palpitar por el amor de Dios es como concebir en lo más profundo del ser un cosquilleo constante que provoca  la agitación del valor por cambiar todo por El.

Es sentir la seguridad de que alguien nos ama de verdad, que nos mima, que nos admira y que nos incita a que le descubramos en su grandeza de amor.

Miren, la mejor prueba de amor nos la revela Dios cuando se engendra en María Virgen, en Belén de Judá. Allí, toma el rostro humano para decirnos quien es Dios y quien es el hombre. Lo hace de una manera incomprensible al ojo humano. Allí Dios entra en la historia haciéndose presente como único Salvador de la humanidad.

Cada una de sus palabras están llenas de amor, este nos lo regala y entrega cada día, para que con su guía destruyamos todas nuestras arrogancias, egoísmos, ansias, poderes y nos hagamos humildes y sencillos de corazón.

Es tan grande ese amor de Dios hacia los hombres, que fue capaz de regalarnos su propio Hijo para que hecho como nosotros, entregara su vida hasta el punto de sufrir los peores desagravios y morir en una cruz. Que por amor, nos libero del pecado y nos ayuda a que alcancemos la salvación.

Hoy más que nunca, tenemos la necesidad de entender que Dios es amor; y por ese amor grande, bondadoso y misericordioso que Él nos tiene a todos sin excepción, somos liberados de toda esclavitud y de las cosas del mundo.

A veces nos olvidamos de Él y nos vamos dejando arrastrar por esas corrientes oscuras que nos esclavizan y dominan hasta llevarnos hasta nuestra propia destrucción.

Sentémonos, meditemos y reconozcamos que “Amar no es poseer”. Quien de verdad ama, busca afanosamente que el otro se realice como persona y que él, por sus propios medios, pueda construir sus proyectos y sueños.

El amor es: donación y entrega. Quien de verdad ama se entrega, no se esclaviza, no manipula, ni mucho menos le cierra la posibilidad al otro de decidir y optar por sí mismo.

Dios es la fuente de amor y de libertad. Él, como nuestro Padre, nos invita a la Salvación y a la Vida nueva. Nunca nos impone ni nos violenta para que optemos por Él.

 
posted by Laureano García Muentes at 8:45 a.m. | Permalink |


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