Existe
una gran preocupación en el mundo por la situación que hoy viven muchos países ante
los diferentes males que amenazan a la sociedad. Numerosas son las personas que
están muy afectadas por estas causas, por sus implicaciones y sus consecuencias.
Las
grandes potencias hoy discuten métodos y tácticas para frenar estos fenómenos y
así, tomar conciencia y comprometerse buscando soluciones que eviten el gran
debacle social y político; pero ante esta gran problemática mundial, existe un
alto grado de complejidad por que coexisten en ellos intereses extraños, altos
los grados de corrupción y falta de decisiones puntuales que ayuden a brindar
un mejor bienestar.
Muchos
estamentos gubernamentales se echan a un lado y eluden hablar de ello tratando estos temas muy superficiales, porque
le son ajenos a los intereses personales.
Hoy
vemos que el desempleo se incrementa de una manera galopante que corta las
ilusiones y metas de muchas familias, hasta el punto, que ello conlleva a una
crisis social. Se acrecienta la violencia y las guerras productos de las
injusticias, la miseria, falta de oportunidades, etc.
Algo anda erróneamente. En
la lucha contra el mal nos parecemos al pobre que lucha contra el frio: su
cobija es demasiado pequeña y tan rasgada que no le ayuda a abrigar su cuerpo.
Pero…
no todo va mal. ¡Oigan!. Si comparamos esta situación con la que se vivió hace
50 años, tendremos que confesar que son muchas las cosas que han mejorado. Hoy
tenemos por ejemplo mejores servicios domiciliarios, una luz eléctrica hecha
realidad en muchas ciudades y pueblos, la televisión, las vías asfaltadas y
transitables, vehículos rápidos, aviones,
la novedad actual tecnológica de los teléfonos celulares que han
mejorado las comunicaciones que las hacen ágiles y expansivas por el mundo, etc.
Y…
si continuamos, recorriendo este camino que nos entrega la vida, percibimos que
en ella se hace presente una constante: LA CRUZ.
Y
es que al expresar este sentir, se me viene a mi mente todas aquellas cosas que
le toco soportar a Cristo en su entrega incondicional por nuestra salvación y
el perdón de nuestros pecados; Y hago memoria de aquellas palabras que leía una
vez en el Evangelio de San Lucas Cap.22, 31-32 cuando Jesús le dijo una vez a
Pedro: « ¡Simón, Simón! Mira que Satanás ha solicitado el poder
cribaros como trigo; pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca »
Me
cuestiono entonces: ¿Por qué será que muchos nos aminoramos y nos arrinconamos
cuando nos ha tocado atravesar las dificultades, los problemas y las desilusiones?
¿A qué puede referirse Jesús cuando dice que Satanás ha solicitado el poder
para cribarnos como trigo?
Muy
probablemente esté evocando a Satán, quien se ve obligado a pedir licencia para
ponernos a prueba. (Job 1,1-12).
Miren,
Dios permite al demonio que nos manosee a fin de tantearnos y escudriñar en
nosotros la firmeza de la fe. Él espera
que nosotros de estas pruebas salgamos fortalecidos, y para darnos el
testimonio de que mediante la tentación, podremos llegar a convertirnos en
instrumento de santificación y ejemplo para muchos.
Jesús
nos previene contra el desánimo y nos prepara para que seamos grandes guerreros
que luchan incansablemente contra todo a lo que el mundo nos llama y nos
envuelve.
No
perdamos de vista, que el mismo fue derribado, pero no vencido. Por eso nos
invita a que conozcamos su Palabra que es Viva y Eficaz y la hagamos vida en
nosotros. El nos exhorta constantemente con estas palabras:”! Animo, yo he vencido al mundo!”, como si nos estuviera diciendo:
“Si, yo vencí, también ustedes vencerán”
Les
invito pues a que tomemos conciencia y acción para comprometernos a unir
fuerzas para mover los corazones de los poderosos y así rechazar todas esas
bases que vienen creciendo mal infundadas en la sociedad y sobre las cuales se
edifica este gran genocidio de nuestras familias.
Somos
seguidores de Jesús Maestro y nuestra opción preferente es por los pobres y en
nuestras manos está la misión de hacer popular las verdades de la fe. ¡Animo, si podemos, perdamos el miedo y lancémonos
a esta hermosa aventura!
SEÑOR, INFUNDE TU
ESPÍRITU EN NUESTROS CORAZONES PARA NO ESCATIMAR ESFUERZO PARA LUCHAR CONTRA TODO
LO QUE EL MUNDO NOS ENCARCELA. ¡CONTIGO SEREMOS VENCEDORES!