"Vayan por el mundo y proclamen el Evangelio"...Salmo 117.
REFLEXION AL EVNGELIO DE HOY
Sábado 25 de Enero del 2025
Hoy celebramos la fiesta de una conversión: La de San Pablo, un hombre que cambio radicalmente su vida. El perseguidor de cristianos se convierte en uno de los mejores servidores de Cristo. Todo lo que había vivido hasta entonces lo consideró basura, en comparación con el conocimiento de Jesús. Pablo se dejó seducir por Jesucristo. En todo momento sabía de quien se había fiado. Su vida tenía sentido en la medida de que Cristo vivía en Él. Si, entendió enseguida que ser cristiano es ser evangelizador y fue al mundo entero y proclamó el Evangelio. Llevo el mensaje de Jesucristo más allá de las fronteras de Jerusalén.
Saulo: San Pablo, procedía de una familia judía de la tribu de Benjamín que vivía en Diáspora, Tarso de Ciliçia y gozaba de la ciudadanía Romana. Nació entre el año 3 u 8 de la era cristiana. Fue testigo de la lapidación de Esteban y persiguió con dureza a todos aquellos vinculados con el círculo del Nazareno y era inflexible hasta el día en que su vida le cambió bruscamente al tener un encuentro con Jesús Resucitado camino a Damasco. Escribió las llamadas Epístolas Paulinas y realizo varios viajes misioneros proclamando a Jesús como el Salvador. Murió decapitado en Roma bajo el gobierno de Nerón fue de manera violenta.
El Evangelio de hoy tomado de Mc 16, 15-18 Jesús Resucitado invita a sus discípulos a declarar a toda la humanidad con palabras, acciones, firmeza y valentía la Buena Nueva del Reino.
Así nos lo narra el texto del Evangelio: "En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: "Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos" Mc 16, 15-16.Hermanos, ser cristianos es ser Seguidores de Jesús y ello, no es una carga sino un don de Dios para con cada uno de nosotros.
Para ser seguidores del Señor Jesús hemos de tener un encuentro con Él y haber sentido la alegría de reconocerle como el Hijo de Dios encarnado y redentor; por tanto, nos sentimos comprometidos a llevar a todos los lugares del mundo la Buena Noticia del Reino de Dios, para que así, muchos le conozcan y se sientan atraídos de su presencia.
La conversión de Saulo, es un proyecto para nosotros pues nos invita a cambiar el centro de gravedad qué llevamos en el corazón arropado por el egoísmo, la mediocridad y los gustos pasajeros y poner a Jesús en el centro de nuestras vidas.
Pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a encontrar el punto de encuentro para así, abiertos a la voluntad de Dios podamos reconocer a Jesús y amarle por siempre.
"Vayan al cruce de los caminos, vayan… a anunciar sin miedo, sin prejuicios, sin superioridad, sin purismos a todo aquel que ha perdido la alegría de vivir, vayan a anunciar el abrazo misericordioso del Padre. Vayan a aquellos que viven con el peso del dolor, del fracaso, del sentir una vida truncada y anuncien la locura de un Padre que busca ungirlos con el óleo de la esperanza, de la salvación. Vayan a anunciar que el error, las ilusiones engañosas, las equivocaciones, no tienen la última palabra en la vida de una persona. Vayan con el óleo que calma las heridas y restaura el corazón”. (Homilía de S.S. Francisco, 23 de septiembre de 2015).