"Se postraran ante ti, Señor, todos los pueblos de la tierra"...Salmo 72.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Miércoles 8 de Enero del 2025
El Evangelio de hoy tomado de Mc 6, 45-52 nos ofrece una profunda reflexión sobre la presencia de Jesús en nuestras vidas, incluso en medio de las tempestades.
Así nos lo narra el texto del Evangelio: "Después de la multiplicación de los panes, Jesús apremió a sus discípulos a subir a la barca y a ir por delante hacia Betsaida, mientras Él despedía a la gente. Después de despedirse de ellos, se fue al monte a orar. Al atardecer, estaba la barca en medio del mar y Él, solo, en tierra. Viendo que ellos se fatigaban remando, pues el viento les era contrario, a eso de la cuarta vigilia de la noche viene hacia ellos caminando sobre el mar y quería pasarles de largo. Pero ellos viéndole caminar sobre el mar, creyeron que era un fantasma y se pusieron a gritar, pues todos le habían visto y estaban turbados. Pero Él, al instante, les habló, diciéndoles: "¡Animo!, que soy yo, no teman". Subió entonces con ellos a la barca, y el viento se calmó, y quedaron en su interior completamente estupefactos, pues no habían entendido el milagro de los panes, y su mente estaba bastante confusa". Mc 6, 45-52
Hermanos, Jesús como lo leemos en el Evangelio de hoy, hace lo mismo como lo hizo con sus discípulos: viene a nuestro encuentro para rescatarnos y llevarnos a buen puerto.
Las tormentas qué en éste pasaje se nos muestran, representan las dificultades y los desafíos que enfrentamos a diario, como también, esos momentos en los que podemos sentirnos solos y desesperados. nos recuerda que Él está siempre cerca, incluso cuando no podemos verlo.
La reacción que tuvieron los discípulos, quienes pensaron que Jesús era un fantasma, nos refleja nuestra tendencia a desconfiar y a temer lo desconocido.
La invitación de Jesús hoy es a no temer a nada sino a confiar en su poder y su amor e incluso en las situaciones más complicadas.
Mantengamos pues firme nuestra fe para así, vivir con la esperanza de que las tempestades de la vida se acaban o se alivian mediante la presencia de Jesús en nuestras vidas, pues Él nos brinda calma y seguridad.
Señor, estamos convencidos de que quien cree en Ti y te ama de verdad, jamás será arrebatado por las tribulaciones. En este Año 2025, año de la Esperanza queremos vivir un encuentro profundo, real, personal y comprometedor contigo, porque sabemos que a mayor fe, más felicidad.