"Alégrense el cielo y goce la tierra"...Salmo 96
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Lunes 30 de Diciembre del 2024
El Evangelio de hoy tomado de Lc 2, 36-40 nos presenta el relato del encuentro de la Profetisa Ana, mujer que vivía totalmente entregada al servicio de Dios con el niño Jesús, María y José cuando fue llevado al Templo de Jerusalén el día fijado por la ley para ser presentado al Señor.
Dice el texto del Evangelio que: "En el Templo estaba allí una profetisa llamada Ana, hija de Fanuel, de la familia de Aser, mujer ya entrada en años, que casada en su juventud, había vivido siete años con su marido. Desde entonces había permanecido viuda, y tenía ochenta y cuatro años. No se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día con ayunos y oraciones. Se presentó en ese mismo momento y se puso a dar gracias a Dios. Y hablaba acerca del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. Después de cumplir todo lo que ordenaba la Ley del Señor, María, José y el Niño volvieron a su ciudad de Nazaret, en Galilea. El niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con Él". Lc 2, 36-40
Igual que Simeón, la anciana Ana vio también a Jesús y se hizo una mujer mensajera entre todos los que esperaban la Salvación de Israel.
Ana, fue una figura en la Iglesia como una Laica Comprometida, quien con el testimonio de su palabra anuncia la llegada de la Buena Nueva.
Ella da testimonio de la identidad del Niño Jesús en un instante de inspiración Divina dirigida por el Espíritu Santo.
Hermanos, este ejemplo de Ana nos enseña que a través de la Fe y la Oración podemos encontrar las fuerzas para todos los obstáculos y mantenernos firmes en nuestro caminar.
Su ejemplo nos impulsa a ser proactivos en nuestra misión apostólica ya que a través de nuestras palabras y acciones podemos ser una luz de esperanza y una guía para aquellos que buscan el camino hacia Dios.
Señor, que tu nos acompañe siempre para que junto a Ti, crezcamos cada día en entrega, felicidad, esperanza, sabiduría y en fe. Acompáñanos siempre aunque a veces nos olvidemos de ti. Ayúdanos a descubrir tu cercanía y enséñanos a ser tus buenos acompañantes.