"Alégrense, justos, con el Señor"...Salmo 97.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Viernes 27 de Diciembre del 2024
Hoy celebra la Iglesia la fiesta de San Juan Evangelista llamado también El discípulo Amado. Su Evangelio nos habla con profundidad de Jesús y también de su ternura y el amor por los hombres.
Juan era un judío de Galilea, hijo de Zebedeo y hermano de Santiago el Mayor. Su oficio era el de pescador. Fue el más joven de los Doce Apóstoles y fue el único que no murió martirizado.
El Evangelio de hoy tomado de Jn 20, 2-8 nos relata la experiencia que tuvieron los discípulos con la Resurrección de Jesús para situarnos en estos días que celebramos la Navidad en lo que significa El Nacimiento para inspirarnos en nosotros la Fe y que tengamos una relación más cercana a Dios para que Él nazca en nuestras vidas.
Dice el texto del Evangelio que: "El primer día después del sábado, María Magdalena regresó corriendo donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:
"Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto". Pedro y el otro discípulo fueron rápidamente al sepulcro. Salieron corriendo los dos juntos, pero el otro discípulo se adelantó a Pedro y llegó antes que él. Al asomarse al interior comprobó que las vendas estaban allí; pero no entró. Siguiéndole los pasos llegó Simón Pedro que entró en el sepulcro, y observó que las vendas de lino estaban allí. Estaba también el lienzo que habían colocado sobre la cabeza de Jesús, pero no estaba con las vendas, sino doblado y colocado aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro. Vio y creyó". Jn 20, 2-8
Como lo leemos en el texto del Evangelio, María Magdalena sale en busca de Jesús crucificado en una cruz y sepultado en medio de tinieblas. Lo sale a buscar en el sepulcro, aún no sabe de que la muerte había sido vencida con la Resurrección.
Cuando llega, encuentra el sepulcro vacío y se muestra desconcertada. Se siente perdida. Y se preguntaba: ¿Qué pasó aquí?
Esta situación nos permite hacernos una pregunta: ¿Hemos hecho ese mismo recorrido qué hizo María Magdalena? Para encontrarse con el Resucitado es preciso no olvidarlo, amarle con pasión y buscarlo con todas nuestras fuerzas, pero no el mundo de los muertos sino donde hay vida; porque Jesús apagado e inerte no enamora ni seduce.
Señor, ayúdanos a acercarnos a ti cada día y a dejar que
tu cercanía nos transforme, como a Juan. Mira Señor, Juan y su hermano Santiago iban en
busca de privilegios, pero estar a tu lado les fue cambiando. Entendieron que
es menester beber el cáliz del amor, del servicio y de la entrega hasta la
última gota. Experimentaron que el camino de la gloria pasa por Getsemaní y por
el Calvario. Señor, ayúdanos a acercarnos a ti cada día y a dejar que tu cercanía
nos transforme en hombres nuevos y valientes.