lunes, diciembre 23, 2024

"Levantaos, alzad la cabeza: Se acerca vuestra liberación"...Salmo 25.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 23 de Diciembre del 2024

El Evangelio de hoy tomado de Lc 1,57-66, nos presenta la Solemnidad del nacimiento de Juan Bautista predecesor del Jesús. Él le preparó el camino y fue llamado por Dios para predicar un bautismo de preparación para la llegada del Mesías. 

Este hecho, así nos lo narra el texto del Evangelio de hoy: "Se le cumplió a Isabel el tiempo de dar a luz, y tuvo un hijo. Oyeron sus vecinos y parientes que el Señor le había hecho gran misericordia, y se congratulaban con ella. Y sucedió que al octavo día fueron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías, pero su madre, tomando la palabra, dijo: "No; se ha de llamar Juan". Le decían: "No hay nadie en tu parentela que tenga ese nombre". Y preguntaban por señas a su padre cómo quería que se le llamase. El pidió una tablilla y escribió: "Juan es su nombre". Y todos quedaron admirados. Y al punto se abrió su boca y su lengua, y hablaba bendiciendo a Dios. Invadió el temor a todos sus vecinos, y en toda la montaña de Judea se comentaban todas estas cosas; todos los que las oían las grababan en su corazón, diciendo: "Pues ¿Qué será este niño?" Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él". Lc 1,57-66

Dicen los textos Evangélicos que Juan Bautista nació seis meses antes de Jesús. Con su nacimiento se puede destacar la importancia de los nombres y la identidad de nosotros. 

Miremos ese porqué: Cuando los vecinos y amigos de la familia le preguntan a Zacarías sobre el nombre del niño, él en estado de mudes total escribe en una tablilla la identidad de su hijo, quien por mandato de Divino se llamará Juan. Con ello da cumplimiento al mandato de Dios. 

Hermanos, hoy este Evangelio nos está invitando a considerar cómo nuestras decisiones y acciones de vida no solo pueden definir nuestra propia identidad, sino que también estas nos pueden impactar a quienes nos rodean. 

Zacarías marco con  su obediencia a la voluntad de Dios, que en su hijo Juan se estaba dando el inicio de la misión salvífica prometida por Dios por medio de Juan.

En este sentido hermanos, este pasaje nos anima a considerar , reconocer y vivir la llamada que Dios nos hace a cada uno para  aportar al mundo el propósito que tiene Dios a la humanidad de una manera clara. 

Dios apela a nuestra disponibilidad, a nuestra capacidad de jugarnos por aquello que abre caminos a la vida, una vida plena y digna para cada ser humano. Al finalizar este tiempo de Adviento, tal vez sea oportuno hacer eco en nuestro corazón de la letra de una canción de Adviento: «Señor, a Ti clamamos: envíanos tu Salvador. Confiados esperamos, tu Luz, tu Vida y tu Amor. Ven, oh Señor! Danos tu paz; tu pueblo ansioso clama a Ti, socórrenos, no tardes más.»

Mi Dios y Señor, en vísperas de la Noche Buena quiero encontrarme contigo en la oración. Mis debilidades y caídas me apartan de Ti, confío en tu piedad y en tu misericordia. Ven, Señor Jesús, e ilumina esta meditación para prepararme a recibirte en mi pobre y débil corazón.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:49 a.m. | Permalink |


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