"El Señor es mi alabanza en la gran asamblea"...Salmo 22
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Martes 5 de Noviembre del 2024
En el Evangelio de hoy tomado de Lc 14, 15-24, Jesús dirigiéndose a los sumos sacerdotes y fariseos les presenta La Parábola del Gran Banquete del Reino de Dios.
Así, nos lo presenta el texto del Evangelio: "Un sábado, Jesús entró a comer en casa de uno de los principales fariseos. Uno de los invitados le dijo: *"¡Feliz el que se siente a la mesa en el Reino de Dios!" Jesús le respondió: “Un hombre preparó un gran banquete y convidó a mucha gente. A la hora de cenar, mandó a su sirviente que dijera a los invitados: «Vengan, todo está preparado». Pero todos, sin excepción, empezaron a excusarse. El primero le dijo: «Acabo de comprar un campo y tengo que ir a verlo. Te ruego me disculpes». El segundo dijo: «He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos. Te ruego me disculpes». Y un tercero respondió: «Acabo de casarme y por esa razón no puedo ir». A su regreso, el sirviente contó todo esto al dueño de casa, y éste, irritado, le dijo: «Recorre en seguida las plazas y las calles de la ciudad, y trae aquí a los pobres, a los lisiados, a los ciegos y a los paralíticos». Volvió el sirviente y dijo: «Señor, tus órdenes se han cumplido y aún sobra lugar». El señor le respondió: «Ve a los caminos y a lo largo de los cercados, e insiste a la gente para que entre, de manera que se llene mi casa. Porque les aseguro que ninguno de los que antes fueron invitados ha de probar mi cena" Lc 14, 15-24.
Hermanos, vivimos en un mundo donde muchos solo se preocupan por cosas o situaciones que acaparan la atención y consideran muy importantes y entonces, renunciamos al llamado que nos hace Jesús, de participar en el banquete del Reino.
Como lo vemos en el contenido de la parábola, Jesús nos enseña como su Padre-Dios hace lo que sea necesario para invitar a la fiesta primero a algunas personas, pero ante sus pretextos que colocan como muy importantes, renuncian a la posibilidad de participar en ese banquete. Entonces, el dueño del banquete envía a buscar mucha gente para invitarlos a su fiesta y no pone condiciones, ni distinciones de clases sociales ni religiosas para ser recibidos en ella.
Nadie está excluido de vivir la intimidad con Dios en el gran banquete. Todos, tenemos la necesidad de alimentarnos de Él, por eso hoy nos dice: "Dichosos aquellos que participen en el Banquete del Reino de Dios porque allí, encontrarán la Paz, la Dicha y el Amor".
Estemos atentos y no perdamos la oportunidad que nos regala el Señor. Dejemos a un lado las cosas terrenales y acojamos en nuestros corazones los bienes espirituales qué Dios nos regala.
Señor, ¿Quiénes somos para que Ti, Dios omnipotente y dueño del universo. Nos has buscado e invitado a participar en el gran banquete de tu Reino. No somos dignos de acercarnos a Ti porque te hemos fallado. Confíanos en tu misericordia y queremos responderte con prontitud participando con toda nuestras mentes y corazón en ese tu, banquete.