miércoles, enero 10, 2024

"Aquí estoy, Señor, para hacer tú voluntad"...Salmo 40.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 10 de Enero del 2024

INTRODUCCION:

Jesús no para, es tal la caridad pastoral que lo mueve que podemos decir que lleva un fuego en el corazón que le mueve constantemente.
¿Qué nos dice el Señor hoy? parece un desafío, una invitación a “hacer lío”, a no conformarnos ni dejarnos estar… Jesús nos invita hoy a apostar por metas altas. Hemos sido hechos para cosas grandes: vivir, crecer, amar, servir, entregar… No nos conformemos con las migajas del banquete de la vida. Dios nos ha sentado a su mesa y Jesucristo cuenta con nosotros.

En el Evangelio de hoy tomado de Mc 1, 29-39, nos presenta una de las primeras actividades de Jesús en Cafarnaúm donde había establecido su residencia. Allí mucha gente  le presentaban sus enfermos y endemoniados para que los sanara.

Dice el texto del Evangelio que: "Cuando Jesús salió de la sinagoga se fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre; y le hablan de ella. Se acercó y, tomándola de la mano, la levantó. La fiebre la dejó y ella se puso a servirles. Al atardecer, a la puesta del sol, le trajeron todos los enfermos y endemoniados; la ciudad entera estaba agolpada a la puerta. Jesús curó a muchos que se encontraban mal de diversas enfermedades y expulsó muchos demonios. Y no dejaba hablar a los demonios, pues le conocían. De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración. Simón y sus compañeros fueron en su busca; al encontrarle, le dicen: "Todos te buscan". El les dice: "Vayamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que también allí predique; pues para eso he salido". Y recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios. Mc 1, 29-39.

Jesús se nos manifiesta hoy hermanos, como el Refugio  de nuestras necesidades porque calma nuestras angustias y en Él se encuentra el alivio. Por ello, hoy nos dice: "Vengan a mi todos los que están afligidos y agobiados y yo los aliviaré" (Mt 20,18) 

Hoy más que nunca tenemos la necesidad de su mirada y de su voz porque ella nos conmueve, nos convierte, nos cambia la vida y nos da paz. Busquémoslo a cada instante y reconozcámoslo como nuestro Salvador.  

Señor, ¡Cuánto nos enseña este pasaje del Evangelio! Ahora comprendemos la importancia de la oración y el cómo vivir los acontecimientos difíciles de la vida: la paciencia, el ánimo y la esperanza. Gracias, Señor, por llevarnos de tu mano y permite que, al igual que la suegra de Pedro, nos ponga a servir a los demás. Danos la gracia de identificarnos contigo para pensar como Tú, sentir como Tú, amar como Tú y vivir como Tú.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:46 a.m. | Permalink |


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