"Aquí estoy, Señor, para hacer tú voluntad"...Salmo 40.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Miércoles 10 de Enero del 2024
INTRODUCCION:
En el Evangelio de hoy tomado de Mc 1, 29-39, nos presenta una de las primeras actividades de Jesús en Cafarnaúm donde había establecido su residencia. Allí mucha gente le presentaban sus enfermos y endemoniados para que los sanara.
Dice el texto del Evangelio que: "Cuando Jesús salió de la sinagoga se fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre; y le hablan de ella. Se acercó y, tomándola de la mano, la levantó. La fiebre la dejó y ella se puso a servirles. Al atardecer, a la puesta del sol, le trajeron todos los enfermos y endemoniados; la ciudad entera estaba agolpada a la puerta. Jesús curó a muchos que se encontraban mal de diversas enfermedades y expulsó muchos demonios. Y no dejaba hablar a los demonios, pues le conocían. De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, se levantó, salió y fue a un lugar solitario y allí se puso a hacer oración. Simón y sus compañeros fueron en su busca; al encontrarle, le dicen: "Todos te buscan". El les dice: "Vayamos a otra parte, a los pueblos vecinos, para que también allí predique; pues para eso he salido". Y recorrió toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando los demonios. Mc 1, 29-39.
Jesús se nos manifiesta hoy hermanos, como el Refugio de nuestras necesidades porque calma nuestras angustias y en Él se encuentra el alivio. Por ello, hoy nos dice: "Vengan a mi todos los que están afligidos y agobiados y yo los aliviaré" (Mt 20,18)
Hoy más que nunca tenemos la necesidad de su mirada y de su voz porque ella nos conmueve, nos convierte, nos cambia la vida y nos da paz. Busquémoslo a cada instante y reconozcámoslo como nuestro Salvador.
Señor, ¡Cuánto nos enseña este pasaje del Evangelio! Ahora comprendemos la importancia de la oración y el cómo vivir los acontecimientos difíciles de la vida: la paciencia, el ánimo y la esperanza. Gracias, Señor, por llevarnos de tu mano y permite que, al igual que la suegra de Pedro, nos ponga a servir a los demás. Danos la gracia de identificarnos contigo para pensar como Tú, sentir como Tú, amar como Tú y vivir como Tú.