lunes, enero 08, 2024

"El Señor bendice a su pueblo con la paz"...Salmo 29.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 8 de Enero del 2024

INTRODUCCION:

El texto nos habla del testimonio de Juan el Bautista sobre Jesús, quien llevará a cabo su obra, no por un bautismo de agua, sino por el bautismo en el Espíritu. Jesús vino al Jordán como hombre, pero al pasar por el Jordán, como el pueblo, quedó «constituido» en el profeta definitivo del Dios de la salvación. La escena del Bautismo de Jesús, viene a romper el silencio de Nazaret de varios años, un silencio que se hace palabra, palabra profética y llena de vida, que nos llega en plenitud hoy como anuncio de gracia y liberación. Por el bautismo nos hacemos hijos de Dios. Somos curados del pecado original. Gracias a este sacramento se nos abren las puertas del cielo y comenzamos a ganar méritos en la gran competición que es la vida. Dios nos da su gracia. A nosotros nos corresponde hacerla fecunda, hacerla crecer día tras día. 

Hoy celebra la Iglesia El Bautismo de Jesús en el río Jordán por Juan Bautista lugar donde se manifiesta la naturaleza de la Santísima Trinidad. Fiesta que se celebra después de la Epifanía del Señor y se da por culminado el ciclo de la Navidad.

El Evangelio de hoy tomado de Mc 1, 7-11 nos muestra la manifestación de Dios Padre en el que presenta a su Hijo amado, diciendo: "Este es mi Hijo Amado en quien tengo mis complacencias"

El texto del Evangelio nos dice que: "Juan Bautista predicaba, diciendo: “Detrás de mí vendrá el que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de ponerme a sus pies para desatar la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero Él los bautizará con el Espíritu Santo”. En aquellos días, Jesús llegó desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Y al salir del agua, vio que los cielos se abrían y que el Espíritu Santo descendía sobre Él como una paloma; y una voz desde el cielo dijo: “Tú eres mi Hijo muy querido, en ti tengo puesta toda mi predilección”. Mc 1, 7-11.

Jesús, el Enviado por Dios, el Hijo Unigénito, el sin mancha, es bautizado por Juan Bautista. Un signo que nos abre las puertas de la salvación.

El bautismo de Jesús es una solemnidad en la Iglesia por la que nos garantiza la identidad del Hijo de Dios que es presentado por Dios al mundo para que éste, acoja su mensaje.

Hermanos, es nuestro deber hacer fructificar la gracia bautismal y con ella, dejarnos guiar por el Espíritu Santo y así, hacer lo que la voluntad de Dios nos pide realizar. 

Señor, danos la gracia de callar, por un momento, los ruidos externos y también los internos de nuestros pensamientos, para asi, poder escucharte, contemplarte como tus hijos. Solo con tu voz poder seguir realizando tu voluntad.

 
posted by Laureano García Muentes at 3:38 a.m. | Permalink |


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