"El corazón del justo está firme en el Señor"...Salmo 112.
REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY
Martes 6 de Junio del 2023
Jesús al insinuar devolver al emperador lo que le pertenece, declara que pagar el impuesto no es un acto de idolatría, sino un acto debido a la autoridad terrenal y es aquí donde Jesús da el «golpe maestro» reclamando el primado de Dios, pide que se le rinda lo que le espera como Señor de la vida del hombre y de la historia. La referencia a la imagen de César, incisa en la moneda, dice que es justo sentirse ciudadanos del Estado de pleno título —con derechos y deberes—; pero simbólicamente hace pensar en otra imagen que está impresa en cada hombre: la imagen de Dios. Él es el Señor de todo y nosotros, que hemos sido creados «a su imagen» le pertenecemos ante todo a Él.
Dice el texto del Evangelio, que a Él se le acercaron y le dijeron: "Maestro, sabemos que eres veraz y no te preocupa lo que digan; porque no te fijas en apariencias, sino que enseñas el camino de Dios conforme a la verdad. ¿Es lícito pagar impuesto al César o no? ¿Pagamos o no pagamos?". Jesús adivinando su hipocresía, les replicó: "¿Por qué me tientan? Tráiganme un denario, que lo vea". Se lo trajeron. Y él les preguntó: "¿De quién es esta imagen y esta inscripción?" Le contestaron: "Del César". Jesús les replicó: "Den al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios." Y se quedaron admirados de su respuesta." Mc 12, 13-17.
Jesús les responde sabiamente a esa pregunta hipócrita y tramposa. Lo que Él persigue es que se interesen más en Dios y le den lo que a Él le pertenece, pues su pueblo se había desviado de sus enseñanzas y se encontraban reacios de aceptar la llegada del Reino.
Impuestos y diezmos eran exigidos para darle tributo al César.
Hermanos como seguidores de Jesús estamos llamados a impregnar con la Fé cada acto de nuestra vida cotidiana y social sin que la expresemos en el culto de actos religiosos. Jesús respeta el libre albedrío, es decir, la libertad de tomar las decisiones y ello, es una gran responsabilidad.
Señor, ayúdanos a darte la calidad y cantidad de tiempo que te pertenece. Déjanos sentir tu presencia amorosa, aunque no seamos dignos de ello, para que descubramos el camino que nos puede llevar a la santidad.