viernes, octubre 07, 2022

"El poderoso ha hecho obras grandes en mi: Su nombre es Santo"...Sal. Lc 1.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 7 de Octubre del 2022

María era una mujer auténtica. Podemos decir que tenía las puertas de su corazón abiertas de par en par para cumplir la voluntad de Dios. Y ese «sí» fue una respuesta concreta de su alma. Tal vez, no entendía lo que estaba pasando y, mucho menos, se imaginaba lo que pasaría en el futuro. No se imaginaba cómo vendría este hijo suyo, no se imaginaba su nacimiento en un pesebre, ni el dolor tan grande al ver a ese hijo clavado en la cruz. Pero dijo «sí» y «hágase».

Silencio, escucha, sencillez, paz, amor. Éstas fueron las virtudes que ejercitó María durante su vida. Y así, pudo tener su corazón abierto para recibir la gracia de Dios. Por eso es la llena de gracia. “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”.

Hoy celebra la Iglesia Nuestra Señora del Rosario. Advocación que nos recuerda la importancia de dirigirnos afectuosamente a nuestra Madre Santísima. Su fiesta fue instituida por SS Pio V en 1571 y el Papa León XIII acrecentó su importancia litúrgica con la publicación de nueve encíclicas dedicadas al Santo Rosario.

El Evangelio de hoy tomado de Lc 1, 26-38, nos muestra el diálogo de María y el Ángel Gabriel.  Ese relato dice así:

"En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. El ángel, entrando en su presencia, dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo". Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: "No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin". Y María dijo al ángel: "¿Cómo será eso, pues no conozco varón?". El ángel le contestó: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, "porque para Dios nada hay imposible". María contestó: "He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra". Y el ángel se retiró. Lc 1, 26-38.

María no entendía lo que le estaba ocurriendo, pero le bastó saber que esa propuesta venía de Dios para hacer su voluntad. Se abandona y confía en la Palabra del Ángel de Dios y haciéndose obediente, se ofrece con total disponibilidad, diciendo: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra".

Ella expresó al Ángel su confianza absoluta e ilimitada respondiendo a aceptar el misterio, su vocación y misión como Madre del Hijo de Dios y Salvador del mundo. 

Hermanos, admiramos esas palabras hermosas que nuestra Madre, la Virgen María pronunció en esos momentos sublimes al Ángel Gabriel y pongámonos a sus pies para admirar la prontitud de su obediencia, ese SI, por cumplir con humildad y amor el deseo de su llamado a ser partícipe de la Misión salvífica de la humanidad cumpliendo la voluntad de Dios. 

Ella, un gran modelo de discipulado sea siempre nuestro contagio para no decaer un solo instante en el camino que Dios nos ha trazado y lograr ser esos verdaderos testigos de su Luz en todos los lugares del mundo. 

María, madre nuestra, hoy venimos a tus pies para ponernos en tus manos. Llévanos a Jesús. Ayúdanos a conocerlo cada día mejor y a meditar. Enséñanos, Madre, a ser unos verdaderos discípulo fieles a tu Hijo y a no tener miedo ante la prueba y la cruz.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:29 a.m. | Permalink |


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