viernes, febrero 04, 2022

"Bendito sea mi Dios y Salvador"...Salmo 18.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Viernes 4 de Febrero del 2022

Jesús ha venido a ponerse a la vanguardia de la justicia y la verdad, ha venido él mismo a ponerse a la cabeza de la solidaridad y de la paz. Ahora nos toca a nosotros, discípulos y misioneros suyos, seguidores de su Evangelio, enarbolar estas mismas banderas y levantar la voz cada vez que seamos testigos de martirios flagrantes como los del Evangelio de hoy. 

El Evangelio de hoy tomado de Mc 6, 14-29 nos narra el martirio de Juan Bautista y las circunstancias que rodearon su muerte. 

Como lo podemos percibir en el texto del Evangelio, el Tetrarca Herodes Antipas abusó de su poder ante las constantes críticas que le rodeaban y también por su actitud reprochable de haberse unido apasionadamente a su cuñada Herodías, quien después de un tiempo, se convirtió en la instigadora número uno del asesinato de Juan Bautista; todo porque éste, le echaba en cara que estaba cometiendo adulterio. Era un hombre de doble vida. Pero, todo se le vino a tierra cuando mandó a degollar a Juan Bautista para complacer a la hija de Herodías quien bailó en la fiesta de su cumpleaños y para no quedar mal ante todos sus invitados.

Miremos algo muy importante: Herodes no fue fiel a su conciencia y se traicionó a si mismo por el simple hecho de buscar quedar bien ante los demás.

Fue un cobarde ante el temor de perder su fama, su posición y poder.

¿Cuántas veces hemos actuado injustamente por caprichos e intereses? ¿Cuántos de nosotros hoy no estamos exentos de experimentar la cobardía?

Estas serían unas buenas preguntas para responder después de leer y reflexionar este Evangelio. 

Nuestra naturaleza humana es débil y ante situaciones extremas podemos correr el riesgo de la traición. Es por ello hermanos, que tenemos la necesidad de estar aferrados a la oración y a la relación íntima con Jesús para no caer fácilmente en ella. Jesús así nos lo dice hoy: "Velen y oren para que no caigamos en tentación " 

Recordemos que: El amor por Jesús nos apremia y nos levanta llenándonos de fuerzas para continuar con Él a su lado.

Espíritu Santo santificador, creemos, esperamos y confíanos en ti. Que esta oración nos ayude a conocer la verdad y nos fortalezca para no caer en las tentaciones del mundo que invitan al camino fácil, pero sin sentido.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:09 a.m. | Permalink |


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