lunes, enero 24, 2022

"Mi fidelidad y misericordia lo acompañarán"...Salmo 89.

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Lunes 24 de Enero del 2022

El pasaje del Evangelio de hoy se refiere una de las discusiones entre Jesús y los que se le oponen. Al no poder negar la evidencia de los prodigios realizados por Jesús, sus adversarios atacan la naturaleza misma de su poder, insinuando que expulsa a los demonios en nombre de Belcebú.

Con una sutil ironía, Jesús pliega el argumento adverso transformándolo en una profecía: El reino de Satanás llega, efectivamente, a su fin porque el Reino de los cielos está cerca; es más, Está Aquí.

El Evangelio de hoy tomado de Mc 3, 22-30 nos muestran a los Escribas y Fariseos que ponían en marcha su conspiración en contra de Jesús alimentados por la envidia, el egoísmo y las calumnias. 

Ellos estaban convencidos de poseer la verdad absoluta y acusan a Jesús de tener en su poder un espíritu inmundo atribuyendo sus milagros como obras de satanás. 

Jesús conociendo sus intenciones sale al frente y establece con ellos un diálogo diciéndole en forma de una parábola: "¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino en guerra civil no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir. Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo y llevarse sus cosas, si primero no lo ata; entonces podrá saquear, luego la casa. Creedme, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre" Mc 3, 23-29.

Con estas palabras Jesús quiere  resaltarles lo que significa el  pecar contra el Espíritu Santo y les pone a escoger entre dos alternativas: Optar por el Reino de Dios o por el mal

Cuando vivimos con fidelidad al seguimiento del Salvador, entre nosotros, en nuestras familias, amigos y comunidades, no es posible vivir entre divisiones, porque si así lo hacemos, estaremos destruyendo el Reino de Dios y le estamos dando paso a satanás para que siga instaurando su reinado del mal entre nosotros. 

Con ello, este Evangelio nos recuerda lo significativo de la unidad y nos dice: "Una Familia dividida no puede subsistir".

Hagamos pues nuestros propósitos de permanecer y estrechar nuestros lazos de fraternidad con todos los que viven a nuestro alrededor y desechamos los sentimientos de odio y soberbia que desunen a los hombres. 

“Señor, no permitas que, rechazando tu Espíritu, nos incapacitemos para recibir tu perdón”.

 
posted by Laureano García Muentes at 4:25 a.m. | Permalink |


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