miércoles, junio 16, 2021

"Dichoso quien teme al Señor "...Salmo 111

REFLEXION AL EVANGELIO DE HOY

Miércoles 16 de Junio del 2021

JEUS NOS INVITA A CERRAR LAS PUERTAS MAL ABIERTAS Y A QUE VIVAMOS A PLENITUD EL REINO DE DIOS DEJANDONOS TRANSFORMAR DESDE ADENTRO DE NUESTROS CORAZONES.

En el Evangelio de hoy, Jesús nos exhorta a ser perfectos como lo es el  Padre Dios. Y nos advierte que ello se logra, viviendo la justicia, la caridad, la oración y la privación voluntaria, es decir, despojándonos o privándonos de todas esas cosas que creemos nos hacen felices. Diciendo:

"Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa. Cuando des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en lo secreto; y tú Padre que ve en lo secreto, te recompensará... Cuando ores retírate a una habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tú Padre que está en lo secreto, te recompensará...cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tú Padre, que ve en lo secreto, te recompensará " Mt 6, 1-6. 16-18.

Jesús nos enseña a entrar en la sabiduría del Reino de Dios, como también, a mirar y entender la vida desde una nueva perspectiva que nos hace resituar las cosas y darle un nuevo valor. 

Cuando se acoge al Reino de Dios, entramos a vivir la plenitud del Reino y nos dejamos transformar desde muy adentro de nuestros corazones y así, nuestras vidas se convierten en constante respuesta al amor  incondicional de Dios. 

Hoy Jesús nos está invitando a ti y a mi a cerrar puertas mal abiertas para así, permanecer en el escenario de la vida como un instrumento que Dios pone en el mundo a disposición de todos. 

Nuestra recompensa no está en los aplausos sino en la alegría de vivir una relación de amistad con Dios que construye, llena y orienta. Cuando damos acogida al Reino de Dios, somos más fraternos y somos compasivos y misericordiosos.

“Señor, haz que cada día lea, escuche, medite y ore con tu Palabra, para que mi vida sea más profunda y auténtica, como Tú mismo lo deseas y me lo estás pidiendo por medio de Jesús, tu Hijo amado, a quien deseas que yo le siga gozosamente”.

 
posted by Laureano García Muentes at 5:29 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>