Lunes 13 de Octubre del 2020

JESUS NOS INVITA A LIMPIAR NUESTROS CORAZONES PARA ASI, PERMITIR QUE EL REINO DE DIOS HABITE EN CADA UNO DE NOSOTROS.

 "Señor, que me alcance tu favor"..."Señor, que me alcance tu favor, tu salvación según tu promesa. No quites de mi boca las palabras sinceras, porque yo espero en tus mandamientos"...Salmo 118.

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 11, 37-41, podemos apreciar esa relación tensa que existía entre las autoridades judías con Jesús. 

Dice el Evangelio que "Un Fariseo invitó a comer a su casa a Jesús; y cuando se sentó a la mesa, el Fariseo que lo observaba muy de cerca, vio lo que hizo: que no se lavó las manos antes de  sentarse a comer. Jesús,  que sabía lo que su corazón pensaba, le dijo: Ustedes los Fariseos limpian por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de robos y malicias: ¡Insensatos! Él que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de dentro? Den, más bien, como limosnas lo que tienen y todo será puro." Lc 11, 37-41.

Como lo podemos claramente apreciar en el texto del Evangelio, la invitación que le hizo el Fariseo a Jesús fue estratégica, quería ver su comportamiento para tener base suficiente para señalarle, llevarlo a prisión porque estaba violando las leyes y las costumbres judías.

Jesús, conocía su intención, SI. Desde el inicio de su vida pública era perseguido muy de cerca por los Fariseos, los Escribas, los Sacerdotes y autoridades, porque para ellos, Jesús era un estorbo y un revolucionario que le estaba abriendo los ojos al pueblo.

Jesús, lleno de gran sabiduría, le lanza con sus Palabras, un dardo muy certero, cuando les dice: " ¡Insensatos! Ustedes limpian por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de robos y malicia" Lc 11, 39.

Jesús les quiso decir que lo que hay que primero limpiar es lo que está por dentro del hombre, es decir, los malos pensamientos y hábitos, la maldad, la codicia, las ansias de poder, que le impiden a los hombres dejar entrar en sus corazones el Reino de Dios.

Hoy nos toca Jesús nuestros hombros y nos amonesta igualmente como lo hizo con el Fariseo.

Preguntémonos: ¿Será que somos observantes a lo que en realidad deben ser las prácticas religiosas?, ¿nos preocupamos por cumplir externamente las prácticas religiosas que por realizar el Mandato o Misión que nos ha sido encomendada por Jesús: "Id por todo el mundo y predicar la Buena Nueva del Reino de Dios a todas las Criaturas sin importar Razas, Religiones o  Clases Sociales"? Mt 28, 19-20. ¿Nuestra vida es una vida "cristiana de cosmética llena de apariencia solo para cumplir y hacerle ver a los que están a nuestro alrededor que estamos en el camino de Dios"?, o es una vida cristiana llena de una Fe firme y adulta que vive preocupada por la caridad y el amor a los más pobres y necesitados?

Jesús llamó a los Fariseos " Sepulcros Blanqueados" porque aparentan por fuera la belleza y por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia" Mt 23, 27.

El reproche de Jesús es muy duro en ese contexto como en el hoy; y lo hace, porque está en juego algo muy fundamental: la prioridad de la vivencia del Reino de Dios en la profundidad del corazón que, del cumplimiento material de las leyes, decretos y el aparentar lo que no se siente en el corazón.

Pidámosle al Espíritu Santo que nos haga dóciles a la obediencia y al cumplimiento de la ley de Dios que está manifestando en el Amor para ser un verdadero testigo del Reino en la humanidad.

QUE GRAN REGALO NOS HA DADO DIOS, SER DISCIPULOS DE JESUS SU HIJO UNGENITO PARA IR A TODOS LOS LUGARES DEL MUNDO PARA ANUNCIAR LA PRESENCIA DEL REINO. NO PERDAMOS ESA OPORTUNIDAD.