domingo, septiembre 01, 2019


REFLEXIÓN DEL EVANGELIO DE HOY
Domingo 1 de Septiembre del 2019   
                 
"QUIEN SE ENALTECE SERA HUMILLADO "

Bendecimos al Buen Dios quien desde dentro del corazón nos anima cada día a despertar y a tomarle de la mano, para guiarnos por el camino correcto. Gracias a Él por ser tan especial con nosotros. 

"Hijo mío, en todo lo que hagas actúa con humildad y te querrán más que al hombre generoso. Cuanto más importante seas, más humilde  debes ser y alcanzarás el favor de Dios." Eclesiástico 3.17-19. Primera lectura. 

En el Evangelio de hoy tomado de Lc 14. 1. 7-14 Jesús es muy drástico con aquellos que siempre están queriendo pisotear al hermano para sobresalir con sus deseos y apetencias mundanas que demuestran el egoísmo y la vanidad. 

La Palabra de hoy es cortante frente a esos actos de competitividad, el desprecio y la humillación. 

Jesús nos advierte: "Quien se enaltece será humillado, y quien se humilla será engrandecido". Él está vigilante a nuestras actitudes y comportamientos; y en ellos,  nota u observa cuanto de egoísmo y vanidad hay en el hombre.

No nos damos cuanta que nuestras estaturas demuestran la  pequeñez del hombre ante Dios. Por encima de nuestras cabezas y en un espacio ilimitado, estará siempre la grandeza de Dios. 

Pero la idiosincrasia del hombre es ocupar los primeros puestos, buscamos inclusive, llegar muy temprano a las fiestas, para estar sentados adelante y junto a los dueños y famosos para codiarnos con ellos, para que nos vean, tomen fotos y hablen de nosotros. 

No somos precavidos, porque es posible que el dueño de la fiesta al vernos allí, nos pida ese puesto que tenemos para sentar en él,  a alguien muy importante que llegó. 

El Evangelio nos pide ser humildes y sencillos, a ocupar el último lugar y si, el dueño de la fiesta, que conoce nuestros corazones, así lo desea, nos puede ceder uno de esos puestos de privilegio que tiene destinado a la gente sencilla y que se humilla.

La humildad actúa desinteresadamente, no busca compensaciones.

¿Que tanto de humildad tengo como persona frente a los pobres y necesitados?

¿Practicamos la igualdad que Cristo Salvador nos pide para ser su seguidor?

Pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a no dejarnos  llevar por nuestras ansias desordenadas que nos hacen creer superiores a los demás. 

 
posted by Laureano García Muentes at 7:55 a.m. | Permalink |


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