viernes, agosto 23, 2019

REFLEXIÓN DEL EVANGELIO DE HOY

            Viernes 23 de Agosto del 2019                    
"AMARAS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO EL CORAZÓN Y AL PRÓJIMO COMO A TI MISMO"

Bendecido sea Dios por todos los hombres. Él, nuestro Padre creador nos ama hasta el extremo. Démosle gracias por sus generosidades permanentes hacia nosotros. 

"Maestro, ¿cuál es el precepto más importante en la ley?" Mt 22.36

Hoy en el Evangelio de Mt 22.34-40, Jesús nos sitúa en la importancia de la grandeza del Amor. 

Jesús le responde esa pregunta al doctor de la ley, quien quería probarle maliciosamente, con dos respuestas: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y toda tu mente" Mt 22.37 y le dice: "el primero y principal es tan importante como el segundo"

El Amor a Dios y al prójimo deben ir siempre de la mano, porque quien ama verdaderamente a Dios experimenta en verdad el amor hacia la humanidad, es decir, su familia, hijos, hermanos, amigos, vecinos, sin importarle ninguna condición humana o fraterna.

Jesús propone a la humanidad un nuevo Mandamiento: "El Amor de los unos con los otros" y ello, no lo entendamos mal,  porque sea este el más importante y hasta ahí, NO; sino que como seguidores de Jesús, tenemos la responsabilidad y el compromiso de darle la mayor importancia en nuestra vida cotidiana.

Miremos algo: Día a día palpamos en nuestra vida social de comunidades (familia, barrios y ciudades), que todo lo que pensamos y hacemos esta basado en todo tipo de leyes humanas y se habla mucho del Amor; pero, preguntémonos, ¿ a quien estamos amando?,  ¿Será que estamos amando más nuestro bienestar, al dinero, al sexo, a la violencia,  al poder, a la mentira, el engaño, la corrupción? 

Nos hemos venido enfrascando en una felicidad a medias y mentirosa; y olvidamos lo fundamental que hay un Dios que nos Ama y nos enseña a Amar y  Compartir con otros lo que nos da gratuitamente; pero... en la mente y el corazón de muchos prima la codicia y la maldad que hacen sufrir y violentar la fraterna unión de hermanos y hacen fomentar la desesperanza.

Vale la pena recordar hoy esa carta que San Pablo le escribió a los Romanos en el cap. 8 y esa canción, que muchos cantamos y que dice: "Si yo no tengo amor, yo nada soy Señor".

Pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a entender la grandeza que tiene el Amor y la Misericordia hacia nuestros próximos hermanos y busquemos con ello, una mejor convivencia con Justicia Social y Paz verdadera. 
 
posted by Laureano García Muentes at 7:09 a.m. | Permalink |


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