REFLEXIÓN DEL EVANGELIO DE HOY
Sábado 31 de Agosto del 2019
"QUE BIEN, HAS SIDO FIEL, PASA Y DISFRUTA EL BANQUETE "
¿Señor quienes somos nosotros para que tu nos concedas tantas bondades y Misericordia? Eres un Padre Único; y en ti, está siempre el Amor abierto para todos aquellos que te buscamos y te hacemos centro en nuestras vidas.
¡¡¡Has sido fiel conmigo, ven y entra al banquete!!!
Hoy el Evangelio de Mt 25. 14-30 nos presenta una parábola donde Jesús nos deja plasmada una gran enseñanza, sencilla pero, exigente. La conocida parábola de los Talentos.
Jesús le plantea a sus discípulos que Él, como ese dueño de la mies, tiene la necesidad de salir al exterior a realizar un trabajo; y antes de su partida llamó a sus servidores y le encomendó el cuido de sus posesiones.
A uno, le dio cinco (5)bolsas de oro, a otro, dos (2); a otro, una (1) según su capacidad, y se fue.
El que recibió las cinco (5) bolsas, enseguida se puso a negociar con ellas y ganó, otras cinco (5) bolsas. El que recibió dos(2), también hizo lo mismo y ganó otras dos (2) bolsas. El que recibió una (1), hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor. Al regresar el dueño de su viaje, los llamó a todos para pedirles cuenta. El que le había entregado cinco (5) le entregó diez (10) bolsas y el Señor le dijo: Que bien sirviente honrado y cumplidor, has sido fiel, pasa al banquete, el que le dejo dos (2)bolsas le entrego cuatro(4) y le dijo igual que al primero. Se acercó el que le había dejado una( 1) bolsa y le dijo: Como temía de ti, por ser muy exigente y recto, enterré tu bolsa y aquí tienes lo tuyo. El Señor le respondió: *Sirviente indigno y perezoso... quitenle la bolsa de oro y dénsela al que tiene diez (10). Porque al que no tiene se le quitará aún lo que tiene. A este sirviente inútil expulsenlo a fuera donde existen las tinieblas, el llanto y el crujir de dientes"
Mt 25.14-30.
Dios le da a cada persona múltiples dones los cuales puede utilizar según sus capacidades, estos no pueden estar quietos, ni mucho menos guardados sino en constante crecimiento. Y ese crecimiento se logra, mediante todo el interés que le pongamos para ir adquiriendo conocimientos, estudios para crecer y aprender a perfeccionar con miras a multiplicar, lo que hemos recibido de parte de Dios de manera gratuita.
Dios nos da las cosas de acuerdo a las capacidades y necesidades de cada uno; pero, desafortunadamente muchos de nosotros vivimos preocupados por otras cosas y enterramos en nuestros corazones las cosas con actitudes egoístas y con envidias a que otros las copien y las hagan propias.
Todo talento es como una semilla, que para que germine y nazca hay que mirar si el lugar donde se va a sembrar, es apto y está bien abonando para el cultivo.
Para poner a producir los talentos, no podemos esperar que Dios nos diga lo que tenemos que hacer, cada uno debe arriesgar y afanarse creativamente para lograr lo que Él quiere.
Esculquemos nuestros corazones y descubramos cuántos talentos que Dios nos ha dado, aún permanecen enterrados y cuales aún con poco crecimiento.
Pidámosle al Espíritu Santo que nos ayude a discernir.