viernes, noviembre 01, 2013
LLAMADOS A SER PROVOCADORES DE UN CAMBIO EN EL MUNDO

Al leer el texto del Evangelio de San Mateo 5, 14-16, me detuve un poco para discernir lo que el Señor nos quería decir, cuando en él, le anunciaba a sus discípulos: “Ustedes son luz del mundo”. Pude comprender, que este texto hoy, nos aguijonea el corazón y nos incita a que ejerzamos nuestra vocación de cristianos a la manera como nos la pide y que desde nuestro Bautismo aceptamos en ser un apoyo misionero en la obra de salvación que El con amor, ha dado a conocer a los hombres en el mundo. 

El nos recuerda además en este texto (actual para todo tiempo), que hemos sido llamados para encender nuestro corazón en el amor de Dios; y que nuestra forma de ser y de actuar ha de ser testimonial y provocadora de grandes cambios en la sociedad, en la familia y en todos los lugares donde nos encontremos.

Y es que es necesario entender que el ser Luz, es brindar claridad donde existan las tinieblas, es incitar cambios en los hombres para alcanzar la bienaventuranza; y donde nos encontremos, convertir cada espacio en claridad para que todo lo que no se pueda ver y este oculto, sea resplandecido. Es esta pues, la gran tarea que nos coloca hoy en nuestras manos y en nuestros hombros, el Maestro.

Y es que esa luz que ha de salir de nosotros viene de esa relación cercana que tenemos con nuestro Dios, cuando nos encontramos con el amor total del Padre que ha cambiado todo lo que éramos y que nos transformo en lo que hoy somos.

Cuando nos convertimos en testigos del amor de Dios, nos volvemos luces provocadoras que iluminan y manifiestan paz, amor, solidaridad y justicia; y por ende, esa gracia, no guardada en un lugar escondido, sino que la hacemos visible y la colocamos donde se vea e ilumine, ya sea en nuestra casa y en todos los lugares que nos encontremos.

Cada reencuentro con el amor ha de proclamar  el don del perdón y por tanto, la paz que se vivencia en el alma y en el corazón; se multiplica y provoca que se alegre nuestro espíritu para reconocer lo grande del poder de Dios. El es Santo y Único en  bondad y misericordia.

A Simón, el Zelote, llamado así porque era muy celoso y obediente a las leyes judía y caninita; aprendió que la Ley del Amor es la base y el máximo objetivo de todas las Leyes, Normas y Reglamentos. Jesús le enseñó que un evangelizador exitoso era aquel que iba al encuentro con las personas donde ellas estuviesen y luego amorosamente las invita a la conversión.

Hay que apostar por ideales nobles en esta vida. Decidirnos a cambiar la venganza por el perdón, el egoísmo por la generosidad, el odio por el amor, la debilidad ante las dificultades por la fortaleza ante ellas.



SEÑOR, AQUÍ ESTAMOS HOY ALABANDO TU SANTO NOMBRE Y HABLANDO DE TI Y DE TU LENGUAJE DE AMOR, ESE MISMO QUE HOY ESTA VIGENTE Y EL QUE SERA POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS.
 
posted by Laureano García Muentes at 10:12 a.m. | Permalink |


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