domingo, octubre 27, 2013
¿CON QUE PODER HACES ESTAS COSAS?
“Es preciso perdonar, no porque la otra persona lo merezca sino porque ella y yo lo necesitamos”. Esta frase me impacto y me llegó al corazón cuando leía un libro acerca del perdón… Y me decía a mi mismo: De verdad, el perdón es la mejor medicina para el cuerpo y para el alma.

Allí también, en ese libro, pude meditar una reflexión que hacia su Santidad el Papa Francisco quien el 29 de Abril del 2.013 expresaba un concepto sobre lo que significa el caminar bajo la sombra de las tinieblas: Y decía: ¿“Qué quiere decir caminar en la oscuridad?” Y Aclaraba: “Todos tenemos oscuridad en nuestras vidas, incluso en momentos en los que todo, incluso en la propia conciencia, es oscuro”.

 Recalcaba que: “Caminar en la oscuridad significa estar satisfecho consigo mismo. Estar convencidos de no necesitar salvación. ¡Esas son las tinieblas! Cuando uno avanza en este camino de la oscuridad, no es fácil volver atrás. Si afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros”.

Y nos pide a todos: “Miren sus pecados, nuestros pecados: ¡todos somos pecadores, todos sin excepción! Este es el punto de partida”.

“Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel, es justo tanto para perdonar nuestros pecados, como limpiarnos de toda maldad. Y se presenta a nosotros, este Señor tan bueno, tan fiel, tan justo que nos perdona”.

Y se pregunta: “¿Cuando el Señor nos perdona hace justicia? Sí, hace justicia primero a sí mismo, porque   Él ha venido a salvar y a su voluntad, nos acoge”.

Su exhortación me sintonizó con todo aquello que he venido trabajando y que el Señor me ha ido señalando como el camino para alcanzar la unión y la paz de nuestra familia, mediante una reconciliación sincera y de corazón.

Al Seguir reflexionando sobre este tema de cómo debemos perdonar, en el Evangelio de San Mateo 5,7 encontré: “Bienaventurados los compasivos, porque ellos alcanzaran la misericordia”. Y entendí que ser compasivos es tener la capacidad de perdonar al que me ofende y he ofendido.

¡Si!, los rencores, los resentimientos, las críticas, hacen parte de esas tinieblas de que habla su Santidad el Papa Francisco; y son estas, las realidades con las cuales convivimos a diario en todos los ámbitos sociales. Y son ellas, las que nos desvían la atención y obstaculizan todos los procesos de reconciliación que Dios nos señala.

Estoy convencido que el gran poder para hacer estas cosas proviene de Dios, y cuando tomamos la actitud de buscar a toda costa la reconciliación y el perdón queriendo apartarnos de toda oscuridad, siendo así,  testigos ante el mundo de este don de Dios; le estamos expresando de manera sincera y humilde  a Él, que de verdad somos discípulos de Cristo – Jesús, el Salvador.

Y es que ahí está constituida la esencia del cristiano: Ser amorosos como Jesús es amoroso. Y ser la fuente principal para llegar a amar como Jesús nos ama. Y eso lo logramos a través del perdón.

Miren, con el odio damos muerte al amor, nos apartamos de nuestro entorno familiar y nos volvemos solitarios; y cuando nos encerramos en nosotros mismos, nos vamos pareciendo a esos moluscos que se encierran en sus conchas para evitar  que se le acerquen y le hieran.

Que maravilloso es nuestro Dios, Él es amor; y con ese amor que nos creo, nos ha hecho semejantes y sus destinados para dar amor a todas las gentes en el mundo. Cuando odiamos, nos alejamos de esa semejanza.



SEÑOR, EN ESTE DIA ORAMOS ESA PARTE DE LA ORACION QUE TU MISMO NOS ENSEÑASTE Y QUE DICE ASI: “PERDONA NUESTRAS OFENSAS, ASI COMO NOSOTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN”
 
posted by Laureano García Muentes at 11:40 a.m. | Permalink |


0 Comments:


<body>