jueves, julio 21, 2011
LOS SALVATORIANOS: UNA GRAN OBRA AL SERVICIO DE TODA LA HUMANIDAD

El Padre Francisco María de la Cruz Jordán, Fundador de la Sociedad del Divino Salvador (Salvatorianos: Religiosos, Religiosas y Laicos), al visitar Tierra Santa en el año 1.880 reafirmó su decisión de fundar un movimiento en la Iglesia que llevara a todo el Pueblo de Dios a evangelizar y a anunciar a través de todos los medios posibles, donde el amor de Cristo inspire, a Jesucristo como el Único Salvador del mundo.

Y es que su pensamiento visionario era muy universal; y estaba empeñado en organizar y formar agentes multiplicadores con liderazgo y visión profética en la Iglesia y para la Iglesia. Una asociación católica que fuera universal con una estructura de clericós y laicos cuyo trabajo apostólico estuviese abierto a todas las naciones del mundo.
Su ideal estaba centrado en popularizar las verdades de la fe y organizar todo un ejército de hombres y mujeres, que perdiendo el miedo, se convirtieran en evangelizadores.

Nuestro Venerable Fundador era un gran visionario para la Iglesia, así, le hemos reconocido sus seguidores y hoy la Santa Sede cuando por Decreto da la razón a sus virtudes heroicas.

Todos los que tomando conciencia de que Cristo es nuestro Salvador estamos llamados a ser evangelizadores en el mundo y a dar muestras de que en nuestro ser habita un Jesús vivo que ama, es justo, trabaja con justicia, fidelidad y conlleva la paz. Por tanto, es hora de abrir caminos y redescubrir los ministerios laicales que siempre han estado vivos en la Iglesia. Y unidos formemos comunidades de vida con muchos hombres y mujeres que estén decididos a seguir sus huellas, siendo capaces de trabajar para que en el mundo se encuentre la paz y el amor primero que Dios nos regaló.

De verdad, necesitamos abundantes ministros que sean evangélicos y proféticos y que acepten humildemente su posición dentro de la Iglesia, sin rivalidades, ni competencia. Jesús nos dio el mayor de los ejemplos: La unidad.

Nuestro camino ha de continuar por el mundo. Llamamos a la unidad y vivir con intensidad la fe en que Cristo es el Salvador de la humanidad.

Nuestra formación mediante la Palabra de Dios ha de ser permanente ya que con ella adquirimos la forma de lo que queremos ser, cultivando las capacidades de desarrollo con las que Él nos ha dotado y así, participar en una misma misión: La que Cristo nos dio.

SEÑOR, CADA DIA NOS MUESTRAS EL CAMINO POR DONDE HEMOS DE ANDAR, BENDICE NUESTROS PASOS Y ENSEÑANOS A VIVIR FIELES A TUS PALABRAS.
 
posted by Laureano García Muentes at 6:50 a.m. | Permalink |


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