miércoles, junio 08, 2011
MANTENGAMOS ENCENDIDA NUESTRA VIDA EN CRISTO Y NO DEJEMOS QUE NADIE APAGUE SU LUZ

Frente a la gran realidad que se vive hoy en el mundo, guerras, hambre, problemas políticos y sociales muchos de nosotros con una fe débil y complicada por la desconfianza y el miedo nos hemos dejado influenciar por personas que quieren a toda costa transmitir sus creencias y agüeros.

Ellos, aprovechando las depresiones y miedos de frente a toda circunstancia de índole personal y familiar nos alejan del camino que Cristo con toda paciencia nos ha ido señalando; para que, con engaños y quizás con el ánimo de aprovecharnos de manera económica, nos convencen de una manera sagas diciéndonos que su Dios nos ayudará hasta darnos lo que no hemos recibido jamás.

En nuestras vidas aparecen muchos caminos, un camino para seguir una vocación, para estudiar o trabajar, para ser grandes, para ser felices, para darle sentido a nuestra vida.

A veces tomamos caminos equivocados dejándonos influenciar por otros, y seguimos el camino del tener más en forma ambiciosa, en lugar de ser más; del egoísmo donde solo cuenta mi propio yo, o del placer desenfrenado, que en el fondo no nos hace felices.

Tenemos por delante muchos caminos, tantos caminos como opciones; y sin embargo Jesús nos enseña un camino, que debemos seguir, para llegar a Dios. Este camino es Jesucristo.

Dios sale al encuentro para mostrarnos el camino. Y eso es muy cierto. Para llegar a Dios, para llegar a la felicidad, hay que seguir a Cristo que es el camino y la verdad. Pero la importancia de esta búsqueda de Dios, no solo depende de nuestro esfuerzo para encontrarlo; sino que Dios mismo es quien nos busca a nosotros, y con un amor tan grande que difícilmente logremos entender.

Es Él quien sale a nuestro encuentro para mostrarnos el camino de nuestra vida, que nos llama a creer.

Para seguir el camino, antes somos invitados por Él: para amar, antes somos amados por Él. Y quien recibió el bautismo, quien cree en Jesús resucitado, sabe que es amado por Jesucristo vivo. Y por ello estamos llamados a seguir el camino, a vivir la verdad, y anunciarlo a los demás.

De allí nace la confianza en nuestra misión, y en la obra evangelizadora, porque el camino y la verdad es el mismo Jesús; y sólo Él nos da la vida.


SEÑOR, TU ERES NUESTRA LUZ Y ESPERANZA, ENSÉÑANOS CADA DIA EL CAMINO PARA LLEGAR A TI
 
posted by Laureano García Muentes at 6:45 a.m. | Permalink |


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