![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihMOaWD4T81vktfTrSwYIXsFclLXt8l1GK_Y3SikpXv2H8C1oXTOHQUN_sBAAc4ThFzf5WY2ygsHRZB96MxK9gw929sTQXNc1A_JIuBdoBy2KtmGTMgTnZCISFtY2jeW1cU-1S3Q/s320/caminoDios%255B1%255D.jpg)
Hoy ha de ser un día muy especial para cada uno de nosotros, por tanto, les animo a que confiemos en Dios y coloquemos en sus manos nuestra vida; Él nos señalará el camino, nos bendecirá y nos hará fuertes frente a toda adversidad perdiendo el miedo y el temor a toda circunstancia.
Qué bueno sería que hoy meditáramos sobre esa seguridad y esa fuerza victoriosa que está en Dios. Él, nos va llenando la vida de confianza y de pasión para seguir nuestros caminos con todos los esfuerzos que hagamos a pesar de las preocupaciones.
Si, Dios no dejara que se pierda ningún esfuerzo que hagamos por realizar la vida diaria a su manera. Por ello, se hace necesario que cada uno de nosotros nos esforcemos en seguir luchando dando lo mejor de sí.
No olvidemos que Dios es infinitamente fiel y leal y que nunca abandona a quien lo ama y a quien a confiado en El.
Miren, cuantos somos los que nos frustramos a diario cuando enfrentamos las circunstancias que nos presenta la vida. Luchamos y luchamos y no vemos realizados esas esperanzas y sueños que nos hemos propuesto. Pareciera que todo lo que soñamos realizar estuviese yendo a una bolsa rota o que estuviésemos arando sobre el mar.
Pero…recordemos: El tiempo de Dios no es igual al nuestro y que todas las cosas las hace de acuerdo a su tiempo.
Si leemos las Sagradas Escrituras vemos que los pueblos y sus gentes como hoy se desesperaban y hasta tomaban decisiones absurdas porque no veían realizar muy prontamente sus sueños.
El Profeta Isaías tuvo esa sensación también cuando recorría los pueblos y ciudades anunciando el mensaje de Dios y no veía que su esfuerzo tuviera la acogida que se merecía. Pero no se amilanó, sino que siguió haciendo las cosas cada día de la mejor manera, para agradar y glorificar a Dios.
En un momento determinado de la vida y cuando menos se lo esperaba, se dio cuenta con sus propios ojos, de que todo su esfuerzo no fue en vano y que Dios tiene la recompensa en sus manos.
Hoy quiero invitarlos a que meditemos sobre la segura y victoriosa respuesta de Dios a todas nuestras peticiones. Pidámosle que nos llene de ganas cada dia para seguir nuestros caminos y que sus manos benditas nos lleven agarrados para no dejarnos caer en el desespero, las frustraciones y la agonía.
Les invito a que le oremos así:
Señor, hoy como todos los días estamos frente a ti con todas nuestras necesidades. Queremos que con tu fuerza y tu amor nos bendigas para recibir de ti el impulso vital para levantarnos y encontrar los caminos que nos lleven a esa felicidad que nos has preparado a cada uno de nosotros.
Tú conoces esas situaciones que nos hacen temer, por ello te pedimos sabiduría y fortalezas para enfrentarlas y contigo salir más que victoriosos.