sábado, febrero 12, 2011
NUESTRA ESPERANZA FUTURA CENTRADA EN DIOS

El hombre siempre se ha preocupado por encontrar una respuesta a sus ansias de supervivencia y muchos han sido los estudios que sobre este tema se han hecho.

Miren, la realidad es que cada uno de nosotros al nacer, nuestro ser, esta dirigido en su totalidad a trascender de la muerte y a entrar en un nuevo estado de vida definitiva y eterna. Todos los hombres sin excepción poseemos esa necesidad.

Las Sagradas Escrituras nos mencionan en su contenido muchos casos de ello, por ejemplo, Job tenía la seguridad que después de morir contemplaría a Dios en toda su plenitud. Los Macabeos enfrentaron la muerte seguros de una transformación total y definitiva y de hecho el ingreso al reino de Dios.

Lo grandioso de este hecho real es que todos estamos llenos de esperanzas futuras encerradas en ese misterio sublime de la resurrección; en el resucitar para una vida sin termino, ni limites, es decir, una vida total para Dios.

La verdad es que no podemos tomar la realidad material como la última meta. Tampoco podemos tomar el Evangelio de Jesucristo como esa palanca que nos ayuda a transformar las estructuras materiales, aunque es útil y necesario encarnar a Dios. Lo ideal de todo ello es que cada uno de nosotros, con nuestras vidas, nos constituyamos en testigos fieles del Evangelio a pesar de todos esos peligros materiales a los que estamos enfrentados, pues el sentido de la vida ha de sobrepasar el bienestar material.

Miren, cada vez que estamos iniciando un año nuevo nos sentimos como acosados por tantas predicciones que mucha gente saca no sé de dónde, donde anuncian hasta el fin del mundo y de la humanidad. Somos muchos los que nos angustiamos y hacemos de estas intenciones casi que una realidad, sacando a colación hechos pasados sucedidos en nuestros medios o lugares del mundo.

Los Cristianos hemos de estar preparados en todo tiempo y a pensar que cada segundo que vivimos, es el último. Porque la gran realidad es que en ese día señalado, nos llegará y visitará por la noche el ladrón a robarnos nuestra existencia.

Qué grande es para nosotros contemplar y entender los signos de los tiempos a la luz de nuestra fe. Ellos mirados desde este ángulo nos ayudara a darnos cuenta que la humanidad ha entrado en una era difícil y preocupante; porque somos nosotros los que hemos provocado las guerras, el terrorismo, el hambre, la miseria, las injusticias, las esclavitudes, los secuestros, las confusiones teológicas, religiosas y sociales, etc. que han creado dificultades, desconciertos, desesperanzas, derrotas, frustraciones y que llevan a la persona humana a ser esclavo de sus propios inventos.

En este día tan hermoso para nuestras vidas, démosle gracias a Dios por habernos regalado la capacidad del discernimiento que nos ayuda a pensar y meditar sobre lo que ha de ser nuestras vidas, las que pertenecen a ese Dios tan bueno y misericordioso que nos invita sin cesar y sin cansancio que la vayamos perfeccionando cada instante para lograr entrar en su reino de gloria.

SEÑOR, AYUDANOS A DISCERNIR LOS SIGNOS QUE NOS MUESTRAN ESTOS TIEMPOS Y PODAMOS ASUMIRLO CON UNA ACTITUD DE VERDADEROS CRISTIANOS LLENOS DE FE Y ESPERANZA EN TI.
 
posted by Laureano García Muentes at 5:54 a.m. | Permalink |


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