![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoVDk3BM5WRrI2q-UP_9FBOQa5f16WDdZrHYVkDYNmF4OkDX88pqArwDRoxQY-xtEatGxovEIPp4WgEQ0AeFynQ2-Dkqo7U815C0ZMP-SyO0_4LYzqOE9r1wLlS9ho3KnlunHX3w/s320/jesus-y-la-oveja-perdida%255B1%255D.jpg)
¡Que don tan grande! ¡Qué regalo tan espléndido! Dios se preocupa de nosotros y siempre está en nuestra búsqueda.
Nos busca sin perder la esperanza, porque Dios sigue creyendo en nosotros. Nos busca no porque seamos los mejores hijos, sino porque simplemente nos ama de una manera infinita. Nos invita a volver a gozar de su amistad. Nos invita a estar con Él, porque bien sabe que estando cerca de Él seremos plenamente felices. Dios nos busca incesantemente, y nos encuentra, cura nuestras heridas y nos carga sobre sus hombros. Se llena de alegría e invita a todos a alegrarse con Él porque su corazón rebosa de amor por aquellos que estando lejos de su amor misericordioso, vuelven a estar con Él.
Y es esa la lección primera que todos los cristianos tenemos que aprender a vivir: “que nada ni nadie podrá separarnos del amor de Cristo” Rom.8
En Cristo – Jesús está la fuente de la vida y la esperanza de todo hombre. Él nos llama y convoca a que le conozcamos, a que dejemos a un lado toda desesperación, angustia y vida distinta a la que nos Dios plantea; y con gran decisión le sigamos. Además, nos pide que nos dejemos enseñar por Él; y a que lo tomemos como nuestro Guía y Maestro haciéndolo centro en nuestras vidas.
Miren, cuando leemos la historia que nos presenta el Nuevo Testamento a cerca de la vida y obra de San Pablo, nos adentramos en algo muy significativo que nos ayuda a entenderlo como ese amigo nuestro misionero que había estado en la cárcel a menudo. Que fue azotado gravemente, expuesto a la muerte una y otra vez por la causa de Cristo. Que había sido despiadadamente golpeado con un látigo cinco veces. Tres veces había sido golpeado con varas, una vez apedreado, naufragó tres veces y pasó un día y una noche en mar abierto antes de llegar a la costa. Que había estado en peligro de ríos crecientes, bandidos a lo largo de las carreteras, en peligro de ambos, los líderes del gobierno Judío y no Judío, y viajó a zonas peligrosas en países extranjeros. Y que un día dijo, "he trabajado y trabajado arduamente y frecuentemente he ido a la cama sin poder dormir, he conocido el hambre y la sed y a menudo sin probar alimentos. He estado en frío y en desnudez "(2 Cor. 11:23-29).
Y que para dejar constancia de tanto sufrimiento y persecución escribió su testimonio vivido a los hombres para que tomen su decisión de hacer a Cristo centro en sus vidas y para que sin ningún perjuicio, sin ninguna distinción de raza, religión o clase social, tomase como signo los pasos que Jesús, Maestro quien nos enseñó el Camino Verdadero para alcanzar la plenitud en cualquier época de la historia.
"¿Quién nos separa del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?" (Romanos 8: 35) En efecto, él dice, "Ninguna de las anteriores o todas ellas juntas pueden separarnos del amor de Cristo".
El apóstol Pablo también cita el Salmo 44:22, ¨Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero¨ (Romanos 8:36).
¿Podrá algo o alguien alguna vez hacer que Dios deje de amarnos? No en la imaginación o experiencias de Pablo.
El cristiano camina por la vida seguro por el fuerte lazo de la gracia del amor de Dios que no cambia. Nada ni nadie jamás podrá separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Pablo es enfático en su declaración de que nada en la vida o la muerte nos puede separar de Cristo. El vivir es Cristo y el morir en Él es aún mejor. Tenemos a Cristo en la vida, y en la muerte tenemos en Él una mejor relación. La muerte es sólo una puerta abierta a una más profunda y maravillosa experiencia con Él.
El amor de Cristo es eterno y no cambia. Este nos encuentra justo donde nosotros estamos y nos lleva de la oscuridad a la luz, de la muerte a la vida.
¿Te sientes lejos del Señor? Invócalo y estará cerca de ti. ¿Te sientes feliz por haber sido encontrado o encontrada por Dios? Pídele que te de la fuerza para ir tú también en busca de aquellos que están alejados o que han sido marginados por otras personas del amor misericordioso de Dios.
SEÑOR TU NOS AMA CON UN AMOR ÍNTIMO E INFINITO EN EL QUE NADA, NI NADIE, PODRÁ SEPARARNOS JAMÁS DE TI.